Pregunta: ¿Fue Jesús crucificado en una cruz, poste, o estaca?
Respuesta:
Sin duda, la cruz es el símbolo más querido en todo el cristianismo. Adorna nuestras iglesias y catedrales, nuestras joyas, nuestros libros y música, y se utiliza en numerosos logotipos de marketing. La cruz vacía simboliza la obra realizada allí por nuestro Salvador que fue a la muerte voluntariamente para pagar la pena por nuestros pecados. Entre las últimas palabras de Jesús antes de morir fueron “Consumado es” (Juan 19:30). La Ley se cumplió, las profecías mesiánicas relacionadas con Su primera venida se llevaron a cabo, y la redención fue completa. No es de extrañar que la cruz haya llegado a convertirse en el símbolo de la mayor historia jamás contada: la historia de la muerte sacrificial de Cristo.
Esto puede resultar sorprendente para muchos, pero la forma exacta del objeto en el que Jesús fue crucificado no se puede probar explícitamente en la Biblia. La palabra griega traducida como “cruz” es stauros, que significa “un poste o una cruz utilizada como instrumento de pena capital”. La palabra griega stauroo, que se traduce como “crucificar”, significa “estar unido a un poste o cruz”. Fuera del contexto bíblico, el mismo verbo también se utilizaba para referirse a colocar una valla con estacas. Aunque stauros puede significar “poste” o “estaca”, muchos estudiosos argumentan que Jesús muy probablemente murió en una cruz en la que el madero vertical sobresalía por encima del travesaño más corto. Pero no se puede sostener bíblicamente que se tratara de una cruz o de un poste o estaca. Los romanos no eran exigentes en cuanto a cómo crucificaban a las personas. Históricamente, sabemos que los romanos crucificaban a las personas en cruces, postes, estacas, cruces invertidas, cruces en forma de X (como se dice que fue martirizado el apóstol Andrés), paredes, techos, etc. Jesús pudo haber sido crucificado en cualquiera de estos objetos, y no habría afectado la perfección o suficiencia de Su sacrificio.
Algunas sectas, sobre todo los Testigos de Jehová, insisten en que Jesús no murió en una cruz y que la cruz es de hecho un símbolo pagano. Su insistencia en este punto es curiosa, dada la ambigüedad de la palabra griega. Pero han redactado su Traducción del Nuevo Mundo para que diga que Jesús murió en una “estaca de tortura” en lugar de una cruz. Dado que los Testigos de Jehová también niegan la deidad de Cristo y Su resurrección corporal, tiene sentido que se opongan a otros detalles del cristianismo tradicional.
Argumentando en contra de la enseñanza de los Testigos de Jehová de que Jesús murió en una “estaca de tortura” hay algunas pruebas indirectas en el Nuevo Testamento. Una de estas se encuentra en Juan 21. Jesús deja a Pedro vislumbrar la forma en la que va a morir: “cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras” (versículo 18). El hecho de que Pedro (quien se dice que fue crucificado) "extenderá" sus manos indica que la crucifixión romana generalmente implicaba los brazos extendidos, como se colocarían en un travesaño.
La otra prueba de que Jesús fue crucificado en una cruz se encuentra en Juan 20. Tomás, en su famoso momento de duda, dijo: "Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré" (versículo 25). Observemos la mención de Tomás a los clavos (en plural) que habían marcado las manos de Jesús. Si Jesús hubiera sido crucificado en un poste o una estaca, solamente se habría utilizado un clavo. El hecho de haber dos clavos en las manos nos hace pensar en una cruz tradicional.
Su significado para nosotros queda completamente fuera de las discusiones sobre la forma de la cruz. Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:24–25). La cruz/estaca/poste era un instrumento de muerte. Al decirnos que tomemos nuestra cruz y lo sigamos, Jesús dice que, para ser Sus verdaderos discípulos, debemos morir a nosotros mismos. Si nos llamamos “cristianos”, entonces debemos negarnos a nosotros mismos y dar nuestras vidas por Su causa. Esto puede llegar a tal punto de que seamos martirizados por nuestra fe, pero incluso en los ambientes políticos más pacíficos, debemos estar dispuestos a perder el egoísmo, crucificar la justicia propia, la autopromoción, las ambiciones egoístas, para ser Sus seguidores. Aquellos que no están dispuestos a hacerlo no son "dignos" de Él (Mateo 10:38).
Entonces, ¿Jesús murió en una cruz? Creemos que sí. ¿Podría haber sido un poste o una estaca en su lugar? Posiblemente, si llegamos a ignorar las palabras de Tomás en Juan 20:25. Pero incluso más importante que la forma del objeto en el que Jesús fue crucificado es que Jesús derramó Su sangre por nuestros pecados y que Su muerte nos compró la vida eterna.
