Pregunta: "¿Es incorrecto que los esposos tengan cuentas bancarias separadas?"
Respuesta:
Por diversas razones, las parejas quieren tener cuentas bancarias separadas. El dinero es la causa número uno de los problemas en el matrimonio, y ya que el tema de las finanzas es la razón más común de las discusiones en el matrimonio, las parejas comprometidas harían bien en tomarse el tiempo necesario para decidir la forma en que se resolverán estas cosas antes de contraer matrimonio. La Biblia es muy clara en cuanto a la unión de un hombre y una mujer (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Efesios 5:25-33), y todos esos versículos muestran que los dos se convertirán en una sola entidad, siendo el hombre el líder espiritual y la mujer estando sometida a él. Este es el principio que debe aplicarse al tema de las finanzas en general y en particular a las cuentas bancarias separadas.
Una pareja que en realidad es "una" será una en todas las áreas de su matrimonio. Lo más importante es que tendrán una sola mente en lo que respecta a los asuntos espirituales. Sin embargo, esta unidad de espíritu debe estar presente también en los asuntos temporales, donde el marido y la mujer deben tener de nuevo una sola mente y un solo corazón. Esto significa que el dinero y las posesiones deben pertenecer a ambos por igual. No debe haber distinción entre "mi dinero y tu dinero".
Todo se comparte por igual en una verdadera sociedad, y ninguna sociedad es más equitativa que dos personas unidas en Cristo. Por lo tanto, no hay realmente ninguna razón para tener cuentas bancarias separadas. Usualmente la situación de cuentas bancarias separadas ocurre cuando hay un grave problema con la confianza, y en tal caso hay mayores problemas en el matrimonio más que simplemente el lugar donde se encuentra el dinero. La falta de confianza es mortal para un matrimonio, y si existe, es fundamental orar para buscar la sabiduría del Señor (Santiago 1:5) para saber cómo resolverlo.
La Biblia dice que somos uno con nuestros cónyuges, y por lo tanto debemos estar resueltos a mostrar esta unidad a nuestros hijos, nuestros amigos, nuestra iglesia y el mundo que nos observa. Cuando existe un conflicto por el dinero, hay una oportunidad de crecer en el amor y, sobre todo, en la confianza para unir a toda la familia para el propósito de Dios.
