Pregunta: ¿Qué tipo de cuerpos tendrán las personas en el infierno?
Respuesta:
La Biblia nos dice que tanto los creyentes como los no creyentes tendrán cuerpos resucitados en el último día (Daniel 12:1-2). Los que irán al infierno estarán separados eternamente de Dios. Esa es la "segunda muerte": ser arrojado al lago de fuego para ser atormentado por toda la eternidad, separados de Dios (Apocalipsis 20:14).
Una prueba de que las personas en el infierno tienen algún tipo de cuerpo es el relato de Jesús sobre el hombre rico y Lázaro en Lucas 16. El hombre rico en el infierno tenía la capacidad de sentir "tormento" (versículos 23-25), la capacidad de ver y hablar (versículos 23-24), y una "lengua" que quería refrescar (versículo 24). Dado que esta historia se ubica antes de la resurrección en el último día, parece que los que ahora están en el infierno se encuentran en un estado "intermedio"; muchos teólogos creen que esto incluye un "cuerpo espiritual" de algún tipo, o quizás el espíritu adquiere algunos de los atributos del cuerpo que habitaba.
Al parecer, las personas que actualmente se encuentran en el cielo también tienen un "cuerpo espiritual". El "dedo" de Lázaro se menciona en Lucas 16:24. Y, cuando los tres discípulos vieron a Moisés y Elías en el monte de la transfiguración, los dos profetas no aparecieron como espíritus sin cuerpo; sino que eran personas reconocibles. Incluso antes de la resurrección, Moisés y Elías tienen un cuerpo de algún tipo.
Otro indicador de que las personas tendrán cuerpos físicos en el infierno es que Jesús nos advirtió: "temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno" (Mateo 10:28). La destrucción eterna y continua del infierno es el producto de la justicia y la ira de Dios, y la destrucción de ese lugar afectará tanto al "cuerpo" como al alma.
El problema que tienen algunas personas con la idea de tener un cuerpo físico en el infierno es que, si el fuego del infierno se toma literalmente, eso significaría que el tejido corporal de uno estaría ardiendo continuamente y regenerándose para ser quemado de nuevo. Pero las Escrituras nos dicen que el cuerpo resucitado será diferente a los cuerpos que poseemos ahora. Nuestros cuerpos terrenales están hechos para este mundo; el cuerpo de la resurrección estará hecho para la eternidad, ya sea en el cielo o en el infierno.
Dios tiene buenas noticias con respecto a la dura realidad de la existencia del infierno. Dios, en Su justicia, preparó el infierno para el castigo del pecado; pero, en Su misericordia, también nos dio los medios para salvarnos. Romanos 5:8-9 dice: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvados de la ira". Gracias al sacrificio de Cristo y a nuestra fe en Su sangre expiatoria, podemos estar en paz con Dios (Romanos 5:1). Podemos esperar el momento en que viviremos con Él por toda la eternidad, en los cuerpos resucitados que Él nos dará.
Qué bendición es estar en paz con Dios. Ser llamado Su hijo, Su amigo. Podemos disfrutar de la paz y la alegría de Su presencia ahora y siempre.