Respuesta:
Jesús vivió en diferentes lugares. Antes de venir a la tierra, el Hijo de Dios estaba con el Padre en el cielo. En Juan 17:5, justo antes de Su muerte, Jesús oró, "Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese". Ver también Juan 1:1-2,14.
Cuando vino a la tierra, Jesús nació en Belén. La historia se narra en Lucas 2. María y José vivían en Nazaret, pero viajaron a Belén por un censo. Aparentemente, no tenían familia inmediata allí porque no tenían un lugar para hospedarse. No se sabe cuánto tiempo Jesús, María y José se quedaron en Belén. Sabemos que los Reyes Magos también fueron a visitarlo a Belén, pero en ese momento, la familia estaba en una casa, no en el pesebre donde había nacido. Cuando el rey Herodes se enteró del propósito de la visita de los Reyes Magos, intentó matar a Jesús por considerarlo un posible rival. Teniendo en cuenta el marco de tiempo que los Reyes Magos le dieron respecto a la estrella, Herodes ordenó matar a todos los niños menores de dos años que se encontraban en los alrededores de Belén (ver Mateo 2).
Debido a la conspiración de Herodes, un ángel le advirtió a José en un sueño que llevara a la familia a Egipto. Se quedaron en Egipto hasta la muerte de Herodes. Nuevamente, no sabemos cuánto tiempo fue (Mateo 2:13-15). Según fuentes históricas seculares, Herodes murió en el año 4 a.C., lo que significa que no debió haber pasado mucho tiempo después del nacimiento de Jesús, cuando Herodes murió y la familia pudo regresar a Israel.
Al regresar a Israel, José llevó a la familia de regreso a Nazaret, donde él y María habían comenzado originalmente (Mateo 2:23; Lucas 2:39). Belén estaba en Judea, pero Nazaret estaba a unos 145 kilómetros al norte en Galilea. Esta era la ciudad natal de Jesús, donde creció. Por lo tanto, normalmente se referían a Él como "Jesús de Nazaret" (Mateo 26:71; Marcos 1:24; 10:47; Lucas 4:34; 18:37; 24:19; Juan 1:45; 18:5-7; 19:19; Hechos 2:22; 3:6; 26:9).
Después de comenzar Su ministerio público, Jesús trasladó Su base de operaciones a Capernaum, también en Galilea, a orillas del Mar de Galilea, a un día de camino de Nazaret (Mateo 4:13). Desde Capernaum realizó varios viajes a Jerusalén, y muchos de los eventos relatados en los evangelios tuvieron lugar en Jerusalén.
Dándonos una pista sobre el lugar donde vivía Jesús, Lucas 9:57-58 registra esta interacción: "Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza". Esto parece indicar que Jesús no tenía casa propia y no tenía propiedades propias. Sin duda, de vez en cuando se quedaba en casa de amigos como invitado, como lo hizo con María, Marta y Lázaro en Betania, a las afueras de Jerusalén (Lucas 10:38). Además, Él y los discípulos simplemente podrían haber acampado donde estuvieran, ya que llevaba a cabo un ministerio itinerante. Las declaraciones de que Jesús era un hombre rico (y que quiere que todos Sus seguidores sean ricos) simplemente no tienen fundamento bíblico.
Después de la resurrección, Jesús ascendió al cielo, donde está sentado a la diestra del Padre (Efesios 1:20; Colosenses 3:1; Hebreos 8:1).
Jesús hizo temporalmente Su hogar en la tierra para asegurarnos un lugar en la casa de Su Padre (Juan 14:1-4). Un día, todos los que han puesto su fe en Él disfrutarán de vivir en Su presencia:
"Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 22:1-5).
