Pregunta: ¿Enseña la Biblia que habría dos venidas del Mesías?
Respuesta:
La segunda venida de Cristo es un principio fundamental de la teología cristiana, y esperamos con ansias nuestra “esperanza bienaventurada” (Tito 2:13). Ahora bien, el conocimiento de que el Mesías tendría dos venidas llegó a la humanidad de forma gradual, ya que la revelación de Dios a la humanidad fue progresiva.
El Antiguo Testamento enseña claramente que el Mesías vendría, pero no dice explícitamente que Él vendría dos veces. La información que Dios reveló sobre el Mesías comenzó de manera muy básica, con más detalles añadidos poco a poco. Las personas que vivían en tiempos posteriores sabían más que las que vivieron anteriormente. Abraham sabía más sobre los propósitos de Dios que Noé. David sabía más que Abraham. Los profetas sabían más que David. Y finalmente, los apóstoles en el Nuevo Testamento sabían más que los profetas. Los apóstoles después de la resurrección sabían más que antes de la resurrección.
La revelación con respecto al Mesías progresó con el tiempo. Génesis 3:15 es una primera promesa misteriosa de un Mesías. La simiente de la mujer destruirá la simiente de la serpiente. Quién es la simiente de la mujer o cómo cumplirá su misión no se revela. Más tarde, a David se le prometió un linaje eterno, lo que significa que uno de sus descendientes reinaría continuamente. Nuevamente, no se nos dice exactamente quién será esto o cómo sucederá. A veces, los profetas hablan de este reinado como si Dios mismo se sentara en el trono (Zacarías 14). En otras ocasiones, los profetas esperan un descendiente de David (Salmo 2). Nuevamente, los profetas nunca explican cómo todo esto se unirá. Jesús cuestionó a los líderes judíos sobre esta situación en Mateo 22:41–45:
"Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó, diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. Él les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo? Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más".
En Zacarías, tenemos una pista de las dos venidas del Mesías. Zacarías 9 predice un rey que viene con humildad y paz, lo cual parece contradecir a Zacarías 14, que habla de un rey conquistador. Miqueas 5 dice que el Mesías nacerá en Belén, mientras que Daniel 7 lo presenta como una figura divina. Isaías 9 enseña que él reinará para siempre, y Daniel 9 enseña que será cortado. Además, Isaías introduce otra imagen, la del Siervo Sufriente que llevará los pecados del pueblo (Isaías 53). El versículo 9 habla de la muerte del siervo, y el versículo 12 dice que, después de eso, el Siervo será victorioso y recibirá los despojos que le corresponden. En otras palabras, será asesinado y sin embargo, vivirá. ¿Cómo podría ser esto?
En resumen, había muchas cosas en el Antiguo Testamento sobre la venida del Mesías que no se explicaban completamente, y a veces se presentaban cosas aparentemente contradictorias en el mismo libro e incluso en el mismo capítulo. Algunos de los rabinos judíos incluso sugirieron que habría dos Mesías, uno humilde y sufriente y uno conquistador y reinante; pero nadie sugería que el mismo Mesías vendría dos veces, una vez para sufrir y otra para reinar.
Para el tiempo de Jesús, la expectativa dominante era la de un Mesías que liberaría a Israel del dominio extranjero. Él conquistaría y gobernaría. En todo momento, Jesús desafió estas expectativas. Afirmó que Su reino no era de este mundo (Juan 18:36). Les dijo a Sus discípulos que iba a Jerusalén para morir, y esto llevó a Pedro a reprenderlo (Mateo 16:21–23). Les dijo que resucitaría de entre los muertos, pero Marcos 9:10 informa que "guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos". Un poco después, cuando les dijo por segunda vez de Su muerte y resurrección, "no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle" (versículo 32).
Cuando Jesús entró en Jerusalén en ese último viaje, fue recibido con gritos de "Hosanna" y agitando palmeras. Las ramas de palma eran un símbolo nacional de Israel, y esto fue una muestra muy nacionalista. Sin embargo, en lugar de entrar en Jerusalén y conquistar a los romanos, Jesús entró en el templo y expulsó a los cambistas (Mateo 21:12–17). También indicó que Israel (al menos la generación actual) no heredará el reino (Mateo 21:33–43). Continuó diciendo que la gente debería pagar sus impuestos al César si los debían (Mateo 22:15–22). Finalmente, predijo la destrucción total del templo (Mateo 24). Estas no son las palabras y obras de un Mesías enviado para liberar a Israel de la dominación romana. Le preocupaban otras cosas.
Fue solo después de la resurrección que los discípulos comenzaron a entender lo que Jesús les había estado diciendo (Juan 2:22). Incluso después de la resurrección no entendieron acerca de la segunda venida porque le preguntaron si ahora era el momento en que Él restauraría el reino a Israel (Hechos 1:6). Jesús les dijo que no deberían preocuparse por el momento de la venida del reino, pero deberían llevar el evangelio a todo el mundo (Hechos 1:8). Luego fue arrebatado de ellos al cielo, y dos ángeles se acercaron y les dijeron: "Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo". (Hechos 1:11). Aquí finalmente tenemos una clara indicación de que habrá una segunda venida después de un período de tiempo no revelado.
El Antiguo Testamento tenía varios misterios con respecto al Mesías: ¿sería él una figura divina o un descendiente humano de David? El Nuevo Testamento da la respuesta: ambas cosas, gracias a la Encarnación. ¿Sería el Mesías cortado o reinaría para siempre? El Nuevo Testamento da la respuesta: ambos, debido a la Resurrección. ¿Vendría el Mesías a sufrir o a reinar? El Nuevo Testamento una vez más da la respuesta: ambos, porque vendrá dos veces.
La idea de que el Mesías vendría una vez para sufrir y otra para reinar no se enseña claramente en el Antiguo Testamento, aunque la doctrina es completamente consistente con la enseñanza del Antiguo Testamento. Además, la segunda venida resuelve algunas de las enseñanzas aparentemente contradictorias sobre el Mesías en el Antiguo Testamento.