GotQuestions.org/Espanol




Pregunta: ¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo, "El que no es conmigo, contra mí es" (Mateo 12:30)?

Respuesta:
Mateo 12 es un capítulo fundamental en la narración del ministerio terrenal de Jesús, que incluye la notable afirmación de Jesús: "El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama" (Mateo 12: 30).

Hasta el momento en que Jesús dice: "El que no es conmigo, contra mí es", había estado proclamando las buenas nuevas sobre el reino que estaba ofreciendo, sin embargo, en Mateo 12, Él y Su reino son rechazados, particularmente por los líderes de la nación. La situación llega a un punto crítico cuando Jesús sana a un hombre ciego y mudo (Mateo 12:22). La multitud estaba asombrada y se preguntaba si sería el Hijo de David, el Mesías (Mateo 12:23). Los fariseos, por su parte, rechazaron rápidamente la obra de sanidad de Jesús como mesiánica y, por el contrario, afirmaron que Jesús había sanado al hombre por medio de un poder demoníaco (Mateo 12:24). Jesús cuestionó lo absurdo de esta crítica y la lógica fallida de un reino dividido y de Satanás luchando contra Satanás (Mateo 12:26-29). Luego les planteó un dilema, preguntándoles con qué poder expulsaban sus hijos a los demonios (Mateo 12:27). Lo que Jesús quería decir era que, si Jesús expulsaba demonios con el poder de Dios, como afirmaba hacer, entonces el reino que presentaba había llegado porque el Rey había venido (Mateo 12:28).

Jesús fue más allá y dijo: "El que no es conmigo, contra mí es". El pueblo tenía que elegir. Su Mesías había llegado, ofreciéndoles el reino de los cielos profetizado y pactado (que era, en última instancia, el reino de Dios en los cielos venido a la tierra en cumplimiento del pacto de Dios con David, con el Mesías gobernando en el trono de David en Jerusalén). Jesús era el Mesías, y estaba presentando Su reino a la gente. Tenían que elegir: si estaban a favor de Él, tendrían que cambiar su forma de pensar (arrepentirse) sobre cómo podrían entrar en el reino (Mateo 4:17). Tendrían que reconocer que solo podrían entrar en el reino por la justicia espiritual interna que Jesús describió, y no por su obediencia externa a la Ley de Moisés (Mateo 5-7). Los fariseos y otros líderes se oponían profundamente a cambiar de parecer sobre estas cosas; no podían aceptar que Él era el Mesías, para no tener que someterse a lo que Él les decía. Su rebelión ilustraba la afirmación de Jesús de que "El que no es conmigo, contra mí es" (Mateo 12:30).

Al igual que los fariseos de aquella época, nosotros también tenemos que tomar una decisión respecto a Jesús. Es famosa la pregunta de Jesús a Sus discípulos: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" (Mateo 16:15). Cada uno de nosotros tiene que responder a esa pregunta. O reconocemos que Él es quien dijo ser -el Mesías- o lo rechazamos y atribuimos Sus palabras y obras a algo que no es el verdadero ministerio de nuestro Creador, Mesías, Salvador y Rey. Con esta elección no hay una tercera opción. Jesús no dio a Sus oyentes la opción de evitar la elección. "El que no es conmigo, contra mí es", dijo. Y si decimos estar con Él, entonces debemos venir a Él como Él lo ordena y no como nosotros prefiramos. Los fariseos estaban abiertos a la participación de Dios en sus vidas y en las vidas de la nación de Israel, pero solo en sus propios términos. Como seres creados por el Creador, no podemos poner las reglas; simplemente tenemos que decidir si estamos a favor o en contra de Él.

© Copyright Got Questions Ministries