Pregunta: "¿Cuáles son los elementos esenciales de la fe cristiana?"
Respuesta:
La mismísima Biblia revela lo que es importante y esencial para la fe cristiana. Estos elementos esenciales son la deidad de Cristo, la salvación por la gracia de Dios y no por las obras, la salvación únicamente a través de Jesucristo, la resurrección de Cristo, el Evangelio, el monoteísmo y la Santísima Trinidad. Estos son los aspectos esenciales que debemos entender y creer si somos seguidores de Jesucristo. Veamos todo esto con un poco más de detalle.
La deidad de Cristo. Simplemente, Jesús es Dios. Aunque Jesús nunca dice directamente en las Escrituras "Yo soy Dios", deja muy claro a los que le rodean, especialmente a los fariseos y saduceos, que Él es Dios. Juan 10:30 dice: "Yo y el Padre uno somos". Jesús estaba reclamando la deidad y, curiosamente, no negó que fuera Dios. Otro ejemplo es Juan 20:28, cuando Tomás dice: "¡Señor mío y Dios mío!". Una vez más, Jesús no le corrige diciendo que Él no es Dios. Hay muchos otros ejemplos que uno puede encontrar en las Escrituras con respecto al lugar que Jesús ocupa por derecho en el cielo.
Salvación por gracia. Todos somos pecadores separados de Dios y merecedores del castigo eterno por nuestro pecado. La muerte de Jesús en la cruz pagó por los pecados de la humanidad, dándonos acceso al cielo y a una relación eterna con Dios. Dios no tenía que hacer esto por nosotros, pero nos ama tanto que sacrificó a Su único Hijo. Esto es gracia, y definitivamente es un favor inmerecido. La Escritura nos dice: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9). No hay nada que podamos hacer para ganarnos el favor de Dios o acceder al cielo aparte de Su gracia.
La salvación sólo por Jesucristo. Una pregunta realmente sugestiva para hacerle a alguien podría ser: "¿Todos los caminos conducen a Dios?". La verdad es que todos los caminos conducen a Dios. Tarde o temprano, todos vamos a estar delante de Dios cuando muramos, sin importar la fe que tengamos. Allí seremos juzgados por lo que hemos hecho o dejado de hacer mientras estábamos vivos y para ver si Jesucristo es el Señor de nuestras vidas. Para la mayoría de las personas, esto será un momento terrible, ya que la mayoría no lo conocerá ni será conocido por Él. Para estas personas, el infierno será el destino final. No obstante, Dios, en Su misericordia, nos ha proporcionado a todos el único medio de salvación a través de Su Hijo, Jesucristo. Hechos 4:12 nos dice que "en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". Este pasaje nos habla del nombre de Jesús y de Su poder salvador. Otro ejemplo se encuentra en el libro de Juan. Jesús respondió: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6). Nadie entra al cielo sino por la fe en la obra salvadora del Señor Jesucristo a su favor.
La resurrección de Cristo. Quizá ningún otro acontecimiento de la Biblia, aparte de la aparición de Jesús aquí en la tierra y su posterior muerte en la cruz, sea tan significativo para la fe cristiana como la resurrección. ¿Por qué este acontecimiento es tan importante? La respuesta radica en el hecho de que Jesús murió y después de tres días resucitó para volver a aparecerse a Sus seguidores en forma corporal. Jesús ya había mostrado Su poder para resucitar a otros, como por ejemplo a Su amigo Lázaro. Pero ahora, Dios el Padre lo había resucitado para mostrar Su sorprendente poder y gloria. Este hecho asombroso es lo que separa la fe cristiana de todas las demás. Todas las otras religiones se basan en obras o en una deidad o persona sin poder. Los líderes de todas las demás religiones mueren y permanecen muertos. La fe cristiana se basa en que Cristo fue crucificado y resucitó a la vida. "Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe" (1 Corintios 15:14). Por último, negar la resurrección corporal de Cristo (Juan 2:19-21) es negar que la obra de Jesús aquí en la tierra fue una ofrenda satisfactoria a Dios por los pecados de la humanidad.
El evangelio. En 1 Corintios 15:1-4, Pablo explica qué es el evangelio y lo importante que es aceptarlo y compartirlo con los demás. Les recuerda a los corintios el evangelio que les predicó: "Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras". Esta es la esencia del evangelio. Pablo también nos advierte que tengamos cuidado con los muchos "falsos evangelios" que se ofrecen a los incautos: "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema" (Gálatas 1:8-9). El evangelio puro de Jesucristo - Su muerte en la cruz por los pecadores y su resurrección a la vida eterna - es central en la fe cristiana.
Monoteísmo. Sencillamente, sólo hay un Dios. Éxodo 20:3 declara de manera muy poderosa: "No tendrás dioses ajenos delante de mí". El monoteísmo es la creencia de que sólo hay un Dios al que hay que adorar y servir. "'Vosotros sois mis testigos, dice el Señor, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí". (Isaías 43:10). Aquí vemos que debemos "creer" y "entender" que Dios vive y es uno. Un cristiano sabrá que sólo hay un Dios, el Dios de la Biblia. Todos los demás "dioses" son falsos y para nada son dioses. "Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él" (1 Corintios 8:5-6).
La Santísima Trinidad. Aunque el concepto de un "Dios tres en uno" no se representa en un solo versículo o pasaje, aparece descrito con frecuencia en toda la Escritura. Si nos fijamos en Mateo 28:19, vemos el versículo que hace referencia a la Trinidad: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Aunque este versículo menciona a las tres Personas del Dios trino, no las llama la Trinidad. Así que, para entender la doctrina de la Santísima Trinidad, debemos mirar toda la Escritura y extraer de ella la definición. En 1 Corintios 12:4-6, vemos como todo esto encaja: "Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo". Una vez más, vemos representadas las tres Personas, pero no con el título de la Santísima Trinidad.
Finalmente, lo esencial del cristianismo no estaría completo sin el ingrediente que une todo: la fe. "La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1). Como cristianos, vivimos de acuerdo con este versículo, entendiendo que creemos en un Dios que no podemos ver. Sin embargo, vemos Su obra en nuestras vidas y a nuestro alrededor en Su creación. Todo esto lo hacemos por medio de la fe, porque sabemos que la fe agrada a Dios. "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" (Hebreos 11:6).