Pregunta: ¿Qué significa que en Él tenemos redención (Efesios 1:7)?
Respuesta:
En Efesios 1 aprendemos acerca de nuestras increíbles riquezas espirituales en Cristo (Efesios 1:3) y cómo Dios obra para proporcionarnos estas riquezas, incluida nuestra redención: "en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros" (Efesios 1:7-8).
En Efesios 1, Pablo anima a los creyentes de Éfeso explicándoles su nueva identidad en Cristo. Dios nos dio esa nueva identidad, y en el capítulo siguiente aprendemos que recibimos la gracia de Dios por la fe en Cristo (Efesios 2:8-9). Esta nueva identidad en Cristo se caracteriza por el hecho de que recibimos toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Efesios 1:3).
Cabe destacar que las tres Personas de la Trinidad desempeñaron un papel en la concesión de estas bendiciones. Dios Padre nos eligió para estar en Cristo y ser santos e irreprensibles ante Él (Efesios 1:4). También predeterminó o predestinó que fuéramos adoptados como hijos mediante la obra de Cristo (Efesios 1:5). Dios Hijo también obró para que pudiéramos tener una nueva identidad. En Él tenemos redención y perdón por medio de Su sangre derramada (Efesios 1:7). Dios el Espíritu Santo sella a los creyentes como garantía de Dios de que tenemos vida eterna (Efesios 1:13-14).
Esta nueva identidad en Cristo es posible gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, y se realiza mediante la obra de Cristo en la cruz. En Él tenemos la redención, que Pablo define como el perdón de nuestros pecados según la abundante gracia que Dios nos ha dado. El término redención se traduce del griego apolutrosin, que significa "el acto de liberar completamente". Pablo explica la necesidad de esa redención en el siguiente capítulo.
En Efesios 2, aprendemos que necesitamos redención porque estábamos muertos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1). Estábamos vivos físicamente, pero éramos esclavos del pecado y caminábamos esclavizados al mundo, al diablo y a nuestra propia carne (Efesios 2:2-3). En última instancia, merecíamos la ira de Dios. Teníamos una deuda que nunca podríamos pagar por nosotros mismos. Éramos enemigos de Dios (Romanos 5:10), como explica Pablo en otro pasaje. Sin embargo, en Cristo tenemos redención (Efesios 1:7). Él murió en la cruz para liberarnos. Por la gracia de Dios, al creer en Jesucristo (Efesios 2:8-9), quedamos libres de la esclavitud del pecado (Romanos 8:2) y de la ira y el juicio de Dios (Romanos 5:9; 1 Tesalonicenses 5:9).
Pablo escribe para asegurarse de que los creyentes comprendan que en Cristo tenemos redención: en Él somos plenamente libres. Además, Dios ha logrado esto para Su propia gloria (Efesios 1:6, 12, 14). Sabemos que, si Dios ha comprometido Su propia gloria en que tengamos redención en Él, Dios se ha asegurado de que seamos plenamente libres. Jesús explicó que el que cree en Él tiene vida eterna (Juan 6:47). Pedro identifica al menos once formas en las que podemos estar seguros de que se ha cumplido la redención que tenemos en Cristo (1 Pedro 1:3-5). Pablo afirma a los colosenses que en Él tenemos la redención, que es el perdón de nuestros pecados (Colosenses 1:14). Y si nos queda alguna duda sobre la seguridad de nuestra redención en Cristo, Pablo nos recuerda que estamos sellados para el día de la redención (Efesios 4:30).
Aunque todavía estamos rodeados por las consecuencias del pecado -incluso en nuestros propios cuerpos- un día experimentaremos cada uno de los aspectos de la libertad del pecado. En Él tenemos redención. En Él hemos sido plenamente liberados.
