Respuesta:
Satanás es un ángel caído. Fue creado como un querubín para adorar y servir al Dios Todopoderoso (Ezequiel 28:12–14). Así que toda verdad general respecto a los ángeles es válida para Satanás. Los ángeles santos obedecen al Señor, y Satanás y sus ángeles se rebelaron contra Él y viven en un constante estado de sublevación. Los ángeles son espíritus (Hebreos 1:14). Siendo uno del grupo angelical, Satanás también es un espíritu.
Satanás es llamado el "dios de este siglo" y el "príncipe de la potestad del aire" (2 Corintios 4:4; Efesios 2:2). Esos títulos sugieren un reino más allá de nuestro entendimiento, uno donde todos los participantes son espíritus y tan reales como nuestro mundo material. Cuando Satanás se rebeló contra Dios, fue juzgado y arrojado a la tierra. Muchos ángeles rebeldes fueron con él. Lo más probable es que ellos sean lo que ahora conocemos como demonios. Como espíritus, pueden habitar en criaturas vivas como humanos y animales (Marcos 5:1–13). Jesús habló muchas veces de espíritus inmundos y los expulsó de personas atormentadas por ellos (Marcos 3:11; Mateo 12:43; Lucas 9:42-43).
Como espíritus, Satanás y sus demonios pueden trabajar sin ser detectados alrededor y dentro de nosotros. Efesios 6:16 llama a los ataques de Satanás "dardos de fuego del maligno". Incluso Pedro, uno de los discípulos de confianza del Señor, fue influenciado por un espíritu satánico cuando contradijo el plan de Jesús de ir a la cruz (Mateo 16:22–23). Jesús lo reprendió diciendo: "¡Quítate de delante de mí, Satanás!" Pedro estaba completamente inconsciente de la influencia que Satanás estaba teniendo en sus palabras. Pedro, que conocía bien los trucos de Satanás, escribió más adelante: "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pedro 5:8).
"Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas"(2 Corintios 10:3–4). Como Satanás es espíritu, debemos luchar contra él en espíritu. Las armas terrenales no sirven para defender nuestros corazones y mentes contra un adversario así. Sin embargo, Dios nos da Su propia armadura, y tenemos la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios (Efesios 6:11–18). Estas son armas espirituales con las que podemos ser "más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Romanos 8:37).