Respuesta:
Espíritu pitón o espíritu de pitón es una de las muchas expresiones asociadas con un cierto tipo de puntos de vista sobre el mundo demoníaco. Según algunos carismáticos, los demonios son la causa de casi todos los problemas a los que nos enfrentamos, y estos demonios se clasifican en categorías y reciben nombres. Este enfoque del mundo espiritual constituye la teoría que está detrás de los llamados ministerios de liberación, que tratan de identificar y expulsar a los espíritus malignos. Sacando de contexto imprecisas referencias a ciertas palabras de las Escrituras, algunos han inventado toda una mitología de la guerra espiritual, que se completa con una serie de entidades demoníacas únicas que causan estragos en el mundo.
Los que creen en el espíritu de pitón citan Hechos 16:16, donde las Escrituras se refieren a una esclava que tenía "espíritu de adivinación". El término griego para "adivinación" en este versículo es pythōna. El origen de la palabra griega tiene sus raíces en la mitología griega, que incluye la historia de Apolo matando a una serpiente o dragón que habitaba en la región de Pytho y del que se decía que custodiaba el oráculo de Delfos. Parece que los habitantes de Filipos en Hechos 16 dijeron que esta esclava obtuvo sus poderes a través de "un espíritu de Pitón", asociando la serpiente mitológica con los oráculos en general. Pablo liberó a esta muchacha del demonio (Hechos 16:18), enfureciendo así a los hombres que se aprovechaban de ella y provocando un pleito (Hechos 16:19-21).
Tomando el relato de Hechos 16 y el término mitológico que los habitantes locales daban al demonio que habitaba en la pitonisa, algunos dedujeron que existe una entidad demoníaca específica -el "espíritu pitoniso" o el "espíritu de pitón"- que oprime a la gente porque interfiere en la comunicación del Espíritu Santo e impide la oración. Otros creen que el "espíritu de pitón" es el que recoge información sobre los creyentes y la utiliza para llamar a otros demonios para atacar a personas, iglesias o ciudades.
Algunos enseñan que el "espíritu de pitón" es uno que "oprime" a los creyentes para hacerlos sentir infelices, deprimidos o derrotados. Algunos carismáticos incorporan otros nombres e ideas a este "espíritu de pitón", sugiriendo que tiene cuatro caras y tiene nombres como Jezabel o Absalón. Además de estos hay opiniones aún más diversas sobre el énfasis del demonio. Algunos dicen que el "espíritu de pitón" se expresa en la codicia, el miedo o los problemas físicos.
Otros utilizan la expresión espíritu pitoniso o espíritu de pitón en un sentido genérico, sin atribuirlo necesariamente a una entidad o ser inteligente en particular.
Es notable que haya tanta variedad en las creencias sobre lo que es un "espíritu de pitón" y lo que hace. Esta es una característica común de los "ministerios de liberación". Las creencias se basan poco o nada en las Escrituras, y hay tanta especulación que no se puede encontrar una enseñanza coherente o consistente sobre el "espíritu de pitón" y otros demonios. La función del "espíritu de pitón", tal como lo afirma una persona, podría superponerse totalmente a la de otros espíritus, a los que se les dan nombres como Leviatán, Kundalini o "espíritus de agua."
Las Escrituras no nos dan ninguna razón para creer que exista un espíritu en particular llamado Pitón. No es prudente asumir la existencia de un tipo particular de demonio basado en el nombre pagano de un monstruo mitológico. Además, la Biblia no nos da ninguna razón para creer que tenemos una habilidad específica para reprender o exorcizar cualquier demonio - no hay instrucciones sobre exorcismos en la Biblia. Podría ser que una entidad demoníaca de alguna clase esté directamente involucrada en la lucha espiritual o física de una persona. Sin embargo, el remedio no consiste en inventar una mitología de los demonios, acuñar nuevos términos o convertir la Palabra de Dios en una fuente de especulación. Las únicas respuestas significativas a los problemas espirituales son la oración, el discipulado y la sumisión a Dios (ver Santiago 4:7).
