Respuesta:
La frase el espíritu del mundo es un término que el apóstol Pablo usó en 1 Corintios 2:12, donde contrasta el espíritu del mundo con el Espíritu de Dios: "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido".
A diferencia del espíritu del mundo, el Espíritu Santo imparte la verdadera sabiduría al creyente. El Espíritu Santo nos permite recibir y comprender "sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta" (1 Corintios 2:7). Sólo el Espíritu de Dios puede revelar la verdad espiritual porque sólo Su Espíritu conoce "aun lo profundo de Dios" (1 Corintios 2:10).
El espíritu del mundo se puede entender al menos de tres maneras. En una interpretación, el espíritu del mundo es un espíritu demoníaco o puede ser que sea Satanás como tal. En otras partes de la Escritura a Satanás se le llama "el príncipe de este mundo" (Juan 12:31; 14:30; 16:11) y "el dios de este mundo" (2 Corintios 4:4). Él es "el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia" (Efesios 2:2).
Otros sugieren que Pablo no se refería a un espíritu maligno, como tal, sino más bien a una forma de pensar que es ajena y opuesta al Espíritu de Dios: la disposición pecaminosa de la humanidad, que podría llamarse espíritu de rebelión, codicia, orgullo y falsedad. Un tercer punto de vista es que el espíritu del mundo es en general la sabiduría humana o el proceso humano elemental de comprensión, tal como se expresa en la filosofía secular y la sabiduría mundana.
Dios hace que la sabiduría del mundo, como la promueve el espíritu del mundo, sea insensata: "¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación" (1 Corintios 1:20-21). Desde un punto de vista mundano y humano, es una locura creer en Jesucristo como el camino de la salvación.
El espíritu del mundo lleva a la locura porque la sabiduría humana es independiente de la verdadera sabiduría de Dios. La sabiduría humana tiende a jactarse ante Dios; es orgullosa. La sabiduría humana rechaza la persona y la obra de Cristo, quien es "poder de Dios, y sabiduría de Dios" (1 Corintios 1:24). La verdadera sabiduría del Espíritu de Dios que hemos recibido, reconoce que nuestra salvación es totalmente inmerecida y depende totalmente de la gracia de Dios: "sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor" (1 Corintios 1:27-31).
Aunque los creyentes de Corinto afirmaban ser espiritualmente maduros, estaban, de hecho, mostrando su inmadurez mediante el orgullo y la división. Pablo les enseñó que, para ser verdaderamente maduros, tendrían que abandonar la sabiduría humana (el espíritu del mundo) a cambio de la pura sabiduría del evangelio del Espíritu Santo. Los creyentes no pueden percibir los maravillosos tesoros ocultos que han recibido de Dios al mirarlos con sus ojos naturales y humanos.