Pregunta: ¿Qué significa ser espiritual pero no religioso?
Respuesta:
Es más que probable que quienes pertenecen a ciertos círculos religiosos o cristianos hayan oído decir a alguien: "Soy espiritual pero no religioso". De hecho, en los últimos diez años, el 22% de la población -y aproximadamente el 30% de los que tienen entre dieciocho y treinta años- ha adoptado la etiqueta "espiritual pero no religioso" (www.catholicnewsagency.com/column/52793/what-does-spiritual-but-not-religious-really-mean, consultado el 2/9/2023). Puede que no esté del todo claro qué significa esto, ya que religioso y espiritual pueden ser términos intercambiables en algunos contextos.
Para quienes no son cristianos, ser espiritual, pero no religioso puede significar que creen en las partes espirituales de la vida -como el alma- pero no siguen ninguna religión tal como se define en los distintos sistemas de creencias. Estas personas no siguen a Cristo ni a Mahoma ni a Buda, pero quieren experimentar su propio viaje espiritual "trascendente", por lo que son "espirituales" en el sentido de la Nueva Era.
Muchas personas -dentro y fuera del cristianismo- suponen que la religión viene acompañada de dogmas, doctrinas y rituales, mientras que la espiritualidad tiene que ver más con el corazón, los sentimientos y las experiencias. La religión se considera fría, sin pasión e incluso muerta. La espiritualidad, sin embargo, es acogedora, apasionada y llena de vida. Algunos afirman que la religión practicada dentro de una tradición establecida hace que las personas sean menos espirituales, obligándolas a seguir los movimientos en lugar de ser auténticas o devotas en su fe. Así, los creyentes que afirman ser espirituales, pero no religiosos intentan evitar convertirse en aquellos de Mateo 15:8 sobre los que Dios dice: "Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está muy lejos de Mí". Las personas espirituales no simulan su piedad en los servicios religiosos; son verdaderamente piadosas y mantienen intensos sentimientos de devoción espiritual aparte de esos servicios.
En la mente de algunas personas, la religión se ha convertido en sinónimo de instituciones, organizaciones y poder corruptos. El sentimiento antirreligioso está creciendo en todo el mundo, y la gente critica a la Iglesia, sus enseñanzas y sus líderes. Los escándalos públicos y los fracasos entre los creyentes no han hecho sino avivar estas llamas de oposición. Todo esto hace que algunos se distancien de la religión; sin embargo, sigue siendo aceptable ser espiritual. Desconectarse de la religión establecida en favor de una espiritualidad más genérica hace que la práctica del cristianismo parezca menos controvertida. Llamarse espiritual, pero no religioso afirma el deseo de lo bueno, lo eterno y lo divino, al tiempo que libera a la persona de formas divisivas de fe y culto (ibid., consultado el 2/9/2023). Ser espiritual, pero no religioso individualiza la fe, convirtiéndola en una cuestión personal y no en el asunto corporativo de una iglesia.
Es cierto que la salvación es un asunto individual; Juan 3:16 (NBLA) dice: "todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna". Cada persona debe decidir personalmente si acepta el don de la salvación de Dios y es "crucificada con Cristo" (Gálatas 2:20). Sin embargo, después de salvarse, la Iglesia desempeña un papel importante en la vida del creyente para su santificación. La Iglesia no es una ocurrencia tardía en el plan de Dios; es la esposa y el cuerpo de Cristo (Efesios 5:25-27). Por consiguiente, es un mandamiento reunirse en una comunidad de creyentes: "Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca" (Hebreos 10:24-25, NBLA). En Filipenses 2:2, Pablo pide a los creyentes que tengan la misma mente y el mismo amor, puesto que todos estamos en el mismo Espíritu. Una iglesia que siga estos mandamientos no propagará la religión muerta que tanta gente critica; este tipo de iglesia estará viva y rebosante de amor por Cristo y por la gente. Renunciar a la fe organizada para ser "espiritual, pero no religioso" no concuerda con las enseñanzas de la Biblia.
Esforzarse por ser espiritual, pero no religioso trata algunos problemas que se perciben en el cristianismo -como la adoración sin emoción o la presencia de creyentes nominales que se limitan a las formalidades-, pero ignora la finalidad de la Iglesia y los mandamientos de Dios de reunirse en comunidad para crecer y animarse mutuamente.
