Pregunta: ¿Cómo estudias para mostrarte aprobado (2 Timoteo 2:15)?
Respuesta:
En 2 Timoteo 2:15, el apóstol Pablo escribe: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad". Una versión más moderna dice: "Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad" (NVI). Este versículo subraya la importancia de estudiar la Palabra de Dios e interpretarla correctamente.
He aquí algunos pasos prácticos para estudiar y mostrarnos aprobados ante Dios:
1. La oración es esencial para el estudio de la Biblia, porque nos ayuda a acercarnos a la Palabra de Dios con un espíritu humilde y enseñable. Cuando oramos antes de leer y estudiar la Biblia, estamos reconociendo nuestra necesidad de la guía del Espíritu Santo para que nos ayude a interpretar y aplicar la Palabra a nuestras vidas (Juan 16:13).
Además, la oración profundiza nuestra relación con Dios. Al estudiar la Biblia, podemos utilizar lo que aprendemos para informar nuestras oraciones y dar alabanza y gloria a Dios por quién es y por lo que ha hecho por nosotros.
2. Debemos reservar un tiempo cada día para leer, estudiar y meditar en la Palabra de Dios. Puede ser por la mañana, por la tarde o por la noche. La clave está en ser intencionales y constantes. De ese modo, demostramos que conocer y aprender más sobre Dios es nuestra máxima prioridad (Salmo 1:2).
Cuando nos acercamos a la Biblia, debemos pedir a Dios que nos hable a través de Su Palabra. También debemos tener la mente abierta y estar dispuestos a aprender y a ser desafiados por lo que leemos. Así es como crecemos y maduramos en nuestra comprensión de las cosas espirituales.
La lectura, el estudio y la meditación regulares de la Biblia nos ayudan a adquirir una comprensión global del contenido de las Escrituras.
3. Para interpretar correctamente la Biblia, debemos considerar los contextos literal, gramatical, histórico y sintético del pasaje que nos ocupa. El contexto literal es lo que el pasaje dice claramente. El contexto gramatical es la frase y el párrafo inmediatos en los que se encuentra una palabra o frase. El contexto histórico son los hechos narrados, a quién va dirigido el pasaje y cómo se entendía en aquella época. El contexto sintético consiste en comparar el pasaje estudiado con otras partes de las Escrituras.
Por ejemplo, al estudiar el Nuevo Testamento, debemos tener en cuenta el clima sociopolítico del Imperio Romano. También debemos considerar la cultura sociorreligiosa del pueblo judío. Esta información de fondo puede ayudarnos a comprender el significado original del texto y cómo se aplica a nuestra vida actual. En resumen, el contexto es lo más importante.
4. Debemos utilizar recursos fiables que nos ayuden a interpretar pasajes difíciles y a comprender el significado del texto. Estos recursos pueden incluir comentarios bíblicos, diccionarios y concordancias. Debemos elegir recursos que se basen en una sólida doctrina bíblica y se ajusten a la verdad de la Palabra de Dios.
Estos recursos no deben sustituir a la Biblia como nuestra principal fuente de información (Juan 17:17; 2 Timoteo 3:16). Por el contrario, deben utilizarse como complemento de la lectura y el estudio de la Biblia.
5. El objetivo del estudio de la Biblia no es solo obtener información, sino glorificar a Dios con nuestros pensamientos, sentimientos y acciones: "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Corintios 10:31; cf. Romanos 12:1). Queremos ser hacedores de la Palabra, y no solo oidores (Santiago 1:22).
El estudio de la Biblia es esencial para nuestro crecimiento y madurez espirituales. Requiere lectura constante, oración, comprensión del contexto, uso de recursos fiables y aplicación. Al estudiar la Biblia, descubriremos más cosas sobre Dios y sobre cómo podemos servirle mejor a Él y a los demás. También nos ayuda a distinguir la verdad del error, a superar las pruebas, a profundizar en nuestra relación con Dios y a ser mejores testigos de Cristo en el mundo. Siguiendo estos pasos, podemos estudiar para mostrarnos aprobados ante Dios.