Respuesta:
La filosofía de la ética es el estudio de cómo actúan los seres humanos y por qué actúan como lo hacen. La metaética es el estudio de los términos y las consideraciones metafísicas de los conceptos éticos, y suele ser demasiado esotérica y académica para ser realmente útil. La ética aplicada se encuentra en el otro extremo del espectro; es el debate pertinente sobre la moralidad de acciones concretas en campos como la medicina, la empresa y el gobierno. La ética normativa es el estudio de los marcos éticos. Es el intento de desarrollar directrices que no enumeren acciones éticas, sino que puedan juzgar si una acción es ética según un sistema determinado. A lo largo de los años se han desarrollado varios sistemas éticos:
ÉTICA DEONTOLÓGICA
La deontología es el estudio del deber moral. Enseña que el comportamiento ético comienza con un deber establecido. Por tanto, un acto es ético si se atiene a ese deber. La autoridad del deber es independiente tanto de la situación como del resultado de la acción. Tres fuentes posibles confieren al deber su autoridad: la ley natural (las directrices generales de comportamiento comunes a toda persona), las responsabilidades contractuales (obligaciones voluntarias o asumidas) o Dios (Teoría del Mandato Divino). Immanuel Kant desarrolló la "deontología kantiana", al considerar que el cumplimiento renuente o accidental de un deber no podía considerarse verdaderamente ético. Enseñó que hay que realizar una acción con el propósito deliberado de cumplir un deber y con un espíritu voluntario y bondadoso.
ÉTICA CONSECUENCIALISTA
El consecuencialismo es una escuela que casi elimina al agente actuante del proceso, sustituyéndolo por el resultado final de una acción. Un acto solo puede ser ético si la condición que produce es buena. En esto, la mayoría de los consecuencialistas están de acuerdo. Pero hay muchas cosas en las que no se ponen de acuerdo: ¿Qué es bueno? ¿Bueno para quién? ¿Quién determina el bien? ¿Importa que ninguno de nosotros pueda conocer los resultados últimos de nuestro acto antes de actuar? El consecuencialismo es tan confuso que incluso sus partidarios están de acuerdo en que no podemos utilizarlo para informar nuestra acción; en su lugar, debemos confiar en las normas y en el instinto.
RELATIVISMO ÉTICO
La definición de ética no exige que el bien y el mal sean inmutables. Es decir, en teoría, la ética puede cambiar según el tiempo, el lugar y las circunstancias. El relativismo ético aprovecha al máximo esta teoría. El relativismo cultural afirma que las acciones de una persona deben compararse con la moral general de la sociedad del agente actuante, no con la moral del observador. Los pragmatistas creen que la ética debe evolucionar, igual que el estudio de la ciencia, a medida que se hacen nuevos descubrimientos y observaciones sobre nuestro mundo. El relativismo moral enseña que cada uno debe desarrollar su propia idea del comportamiento ético y seguirla.
ÉTICA DE LA VIRTUD
La ética de la virtud dice que el comportamiento ético fluye naturalmente de un carácter virtuoso. Las leyes específicas son innecesarias, y las malas consecuencias no son un factor. Para ello, la responsabilidad de la humanidad es desarrollar un carácter que encarne la excelencia, la sabiduría y una vida plena. En cierto modo, la ética de la virtud combina las tres escuelas anteriores. El deber de la deontología podría interpretarse como la manifestación de la excelencia; una vida plena sería una consecuencia noble; y los pragmáticos afirman basarse en la sabiduría sobre su mundo.
ÉTICA CRISTIANA
A diferencia de las demás escuelas éticas normativas, la ética cristiana responde a las preguntas. Identifica la verdad (Dios), esboza la base de la ética (principios que se encuentran en la Biblia) e incluso enumera algunas leyes universales que se aplican directamente a la verdad inmutable.
El problema de las éticas creadas por el hombre es que parten de una falsa suposición de la verdad e intentan construir a partir de ahí. La deontología dice que la ética se basa en la obligación, sin basar esa obligación en la verdad de Dios. El consecuencialismo dice que el "bien" es la verdad, pero luego no puede definir qué es el "bien". El relativismo dice que no podemos conocer la verdad. Y la ética de la virtud afirma que podemos trabajar para encarnar la verdad nosotros mismos. Solo la ética cristiana dice que la verdad existe (Salmo 51:6), que la verdad se puede conocer (Proverbios 3:3), y que necesitaremos la ayuda del Creador de la verdad para encontrarla (Juan 14:16-17). Es una tontería basar una norma de comportamiento en nuestras débiles nociones de la verdad del cosmos, cuando la Verdad misma está dispuesta a guiarnos (Juan 14:6).