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Pregunta: ¿Por qué los israelitas compraban estiércol de palomas por cinco piezas de plata (2 Reyes 6:25)?

Respuesta:
En el relato de 2 Reyes sobre el asedio arameo (o sirio) contra Samaria, leemos una inquietante referencia a que el pueblo de Israel sufría tasas de inflación astronómicas, teniendo que comprar "estiércol de palomas por cinco piezas de plata" (2 Reyes 6:25).

El contexto es la guerra. Tras fracasar en su conquista contra Israel, Ben-adad, rey de Aram, atacó Samaria (territorio y ciudad situados entre el reino del sur de Judá y el reino del norte de Israel). El asedio de la ciudad empeoró la hambruna en Samaria, que llegó a ser tan grave que "la cabeza de un burro se vendía por ochenta piezas de plata, y trescientos mililitros de estiércol de paloma se vendía por cinco piezas de plata" (2 Reyes 6:25, NTV). El "un cuarto de cab" de excremento de paloma (NVI) equivalía a 25 gramos. Parece que estos artículos se compraban para comer, ya que la hambruna era muy grave, aunque los burros eran animales impuros. Comer cabezas de burro y excrementos de paloma no era algo normal. Pero la situación era tan grave que los habitantes de Samaria no solo comieron estas cosas, sino que las pagaron muy caras.

El contexto añade un horrible relato de canibalismo. Una mujer acordó con otra que cocinarían y comerían a su hijo un día, y al día siguiente las mujeres comerían al otro hijo. Después de que el primer día mataran y se comieran al hijo de la primera mujer, la segunda rompió el acuerdo y se negó a entregar a su propio hijo (2 Reyes 6:26-30). En medio de tales atrocidades, los excrementos de paloma empiezan a parecer más apetitosos.

Hay dudas sobre si los excrementos de paloma eran literalmente estiércol o un nombre dado a una especie de materia vegetal sin valor hecha de ciertas partes de plantas de arvejas, lentejas o frijoles. En tiempos pasados, nadie comía esas cosas. En cualquier caso -verduras de mal gusto o estiércol-, lo que normalmente era un alimento barato ahora costaba mucho dinero.

Mientras la gente de Samaria compraba excrementos de paloma por cinco siclos de plata, el profeta Eliseo proclamó una rápida liberación: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria (2 Reyes 7:1). Un oficial del rey que estaba cerca le dijo a Eliseo: "Mira, aunque el Señor abriera las compuertas de los cielos, ¿podría suceder esto" (2 Reyes 7:2, NBLA).

Sin embargo, la profecía de Eliseo se hizo realidad. Esa misma noche, cuatro leprosos se colaron en el campamento de los arameos en busca de comida (2 Reyes 7:4-5) y no encontraron a nadie. El campamento estaba abandonado. Dios había causado un gran terror en el ejército de los arameos, ya que imaginaron que oían carros y un poderoso ejército que venía a destruirlos (2 Reyes 7:6). Habían huido para salvar sus vidas, dejando sus posesiones, incluida toda la comida (2 Reyes 7:7). Los leprosos volvieron para contárselo al pueblo de Samaría (2 Reyes 7:9-14). Entonces, la gente saqueó el campamento y de repente hubo un exceso de comida. La palabra de Dios que vino a través de Eliseo se cumplió. Fue vendido un seah de flor de harina por un siclo, y dos seahs de cebada por un siclo (2 Reyes 7:16).

En todo el Antiguo Testamento hay relatos de Israel que es atacado y Dios lo libra milagrosamente. La situación de Samaria era terrible, caracterizada por la hiperinflación y cosas peores. Incluso en esa situación tan oscura, Dios demostró que no había abandonado al pueblo y que podían encontrar su liberación en Él.

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