Pregunta: ¿Qué significa que permanecen la fe, la esperanza y el amor (1 Corintios 13:13)?
Respuesta:
Primera de Corintios 12 habla sobre los dones espirituales, que el Espíritu Santo concede (1 Corintios 12:4). Entonces, un cristiano puede recibir un tipo de don, mientras que otro recibe un don diferente. El capítulo 13 va un paso más allá y menciona los tres dones que son comunes para todos los cristianos: fe, esperanza y amor. El versículo 13 dice: "Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor".
Al afirmar que la fe, la esperanza y el amor permanecen, Pablo hace algo interesante e inesperado: utiliza un verbo singular para un sujeto compuesto (y, por lo tanto, plural). Su declaración en 1 Corintios 13:13 podría traducirse literalmente como "la fe, la esperanza y el amor permanecen". El punto de Pablo es que, en esencia, la fe, la esperanza y el amor están unidos; lo que le sucede a uno le sucede a todos. Y lo que sucede es que "permanecen".
El hecho de que la fe, la esperanza y el amor permanezcan debe entenderse a la luz del contexto más amplio. Pablo acababa de enumerar otros tres dones que no permanecerían: "las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará" (1 Corintios 13:8). Por lo tanto, el pasaje contiene un contraste: tres dones del Espíritu que cesarán y tres dones que nunca acabarán. La fe, la esperanza y el amor permanecerán siempre.
Los miembros de la iglesia de Corinto se enorgullecían del hecho de que podían hablar en lenguas y demostrar otros dones que llamaban la atención. Pablo les recuerda "un camino aún más excelente" (1 Corintios 12:31), el camino del amor. Los dones que tanto deseaban los corintios eran temporales; la fe, la esperanza y el amor, los dones fundamentales, son permanentes y, por lo tanto, más deseables.
La fe, la esperanza y el amor son dones en la era presente, y seguirán siendo dones en la era venidera. La NLT traduce la promesa de esta manera: "Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor". Es fácil ver cómo el amor durará para siempre, ya que el amor es una parte esencial de la naturaleza de Dios (1 Juan 4:16). Pero, ¿qué pasa con la fe y la esperanza? Esos dos dones también durarán para siempre. La fe en el Hijo de Dios no cesará en el estado eterno; no dejaremos de confiar en Jesús solo porque nuestra fe se haya hecho visible. En todo caso, nuestra confianza en Él crecerá aún más. De manera similar, nuestra esperanza no cesará solo porque nuestra bendita esperanza haya llegado. Nuestras vidas seguirán en el estado eterno, al igual que nuestra expectativa de otras cosas en una secuencia infinita de aventuras. Como explicó el comentarista Alexander MacLaren, "Ese Futuro se nos presenta como la comunicación continua de un Dios inagotable a nuestros espíritus progresivamente capaces y capacitados. En esa comunicación continua hay un progreso continuo. Donde sea que haya progreso, debe haber esperanza. Y así, la hermosa forma... se moverá ante nosotros a través de todos los largos pasillos de un progreso sin fin, y volverá siempre y de nuevo para hablarnos de las glorias invisibles que se encuentran más allá de la próxima curva, y para cortejarnos más allá en las profundidades del cielo y la plenitud de Dios "(MacLaren Expositions of Holy Scripture, 1 Corinthians − Solo disponible en inglés).
La fe, la esperanza y el amor son los tres dones que serán nuestros por toda la eternidad. Y el amor ágape es el don supremo. Dios en Su bondad nos da el privilegio de poseer estos dones hoy, y esperamos que permanezcan con nosotros para siempre.
