Respuesta:
El Fideísmo es la idea de que la fe religiosa y la razón son incompatibles entre sí. Es la perspectiva de que la fe religiosa está separada de la razón y no puede conciliarse con ella. Según el fideísmo, la fe implica un grado de certeza absoluta y compromiso personal que va más allá de lo que puede ser justificado racionalmente. Por lo tanto, no se puede ni se debe buscar evidencia para la creencia religiosa.
Un cristiano que adopta la filosofía del fideísmo diría que los argumentos racionales y científicos para Dios son irrelevantes porque la esencia del verdadero cristianismo es que las personas se salvan solo por fe. Las habilidades racionales del hombre han sido corrompidas por el pecado y no son confiables, y las verdades enseñadas en la Escritura deben creerse incluso si no pueden respaldarse a través de la lógica o la razón. En términos más sencillos, es la convicción de que, si uno pudiera probar la existencia de Dios, entonces la fe no sería necesaria ni relevante.
Muchos de los primeros escritos sobre el fideísmo surgieron como respuesta al creciente énfasis en el razonamiento humano que se popularizó con el racionalismo. Uno de los primeros defensores del fideísmo fue el filósofo danés Soren Aaby Kierkegaard (1813-1855). Creía que, dado que la fe se caracteriza por tener certeza absoluta y un compromiso personal apasionado, nunca puede ser respaldada por la razón.
Para respaldar su punto de vista sobre la relación entre fe y razón, Kierkegaard propuso tres argumentos, el primero de los cuales es el Argumento de Aproximación. Según Kierkegaard, los argumentos nunca pueden probar cosas con absoluta certeza porque siempre es posible que las evidencias para respaldar el argumento se hayan malinterpretado, o que se haya cometido un error en el razonamiento. Creía que, dado que la fe requiere una certeza absoluta que no puede alcanzarse a través de un argumento racional, entonces la fe debe ir siempre más allá de las evidencias, y por tanto, no puede ser respaldada por la razón.
Su segundo argumento fue el Argumento de Postergación. Este argumento se basa en su creencia de que siempre existe la posibilidad de nuevos datos o evidencias que invalidarán las conclusiones previas. Por lo tanto, si basáramos nuestra fe en la investigación científica racional, tendríamos que esperar para siempre hasta que todos los datos hayan sido recopilados. Para tener la certeza que demanda la fe, uno debe optar por creer en aquello que no se puede obtener de la investigación científica.
Su tercer argumento fue el Argumento de Pasión. Este argumento enfatiza el compromiso personal inherente en la fe. Sintió que, dado que nuestras evidencias son imperfectas en el mejor de los casos, hay un riesgo involucrado en creer cualquier conclusión. Pensó que la fe que va en contra de todas las pruebas conocidas es la más valiosa porque es la fe más arriesgada de todas. Su opinión era que si tuviéramos pruebas concluyentes de la existencia de Dios, entonces la creencia en Dios sería insustancial e intrascendente. En otras palabras, si pudiéramos probar la existencia de Dios a través de evidencias o razones, entonces la fe sería innecesaria.
Otro defensor bien conocido del fideísmo fue Blaise Pascal (1623-1662), un matemático, físico y filósofo religioso francés. Consideraba que las diversas pruebas propuestas para la existencia de Dios eran irrelevantes, y en lugar de enfocarse en ellas, invitó a los escépticos a ver la fe en Dios como una elección sin costos que tenía potencial para recibir una recompensa. En lugar de tratar de argumentar la existencia de Dios, enfatizó que podría ser valioso asumir que Dios realmente existe. Su argumento se presentó básicamente como una situación de ganancia. Si crees en Dios y Él existe, ganas, mientras que, por otro lado, si crees en Dios y Él no existe, no has perdido nada. Esto se ve mejor en lo que se conoce como la apuesta de Pascal: "O Dios es o no es. Si apuestas que existe y no es así, no has perdido nada. Si existe, ganas todo. Por lo tanto, apuesta por Dios. Desde un punto de vista racional, la fe en Dios es una apuesta equilibrada, pero los dados existenciales están muy cargados a favor de tener fe."
El fideísmo cristiano tiene tanto fortalezas como debilidades. Una de sus fortalezas es que reconoce correctamente que los argumentos racionales y lógicos no pueden demostrar finalmente la existencia de un Dios trascendente según se revela en la Escritura. También reconoce correctamente que ni las pruebas ni la razón son una base adecuada para la fe en Dios. Eso es porque la fe se basa en quién es Dios y en la seguridad de Sus promesas, y no en la evidencia de Su existencia.
Por otro lado, una de las deficiencias del fideísmo cristiano es que una fe que no sea razonable y lógica solo será tan fuerte como nos sintamos en ese momento dado. La fuerza de nuestra fe descansa entonces en nuestra propia fuerza y probablemente fluctuará dependiendo de nuestras circunstancias. Sin embargo, una fe que se basa en un hecho es razonable y lógica y como tal tiene muchas pruebas externas para respaldarla y fortalecerla. Entender las bases racionales y lógicas de nuestra fe en Cristo ayuda a establecer una base muy sólida que nos ayudará a soportar las tormentas de la vida. Si bien no podemos probar científicamente la existencia de Dios, ciertamente tenemos abundantes pruebas de Su existencia solo en la creación (Salmo 19:1-3; Romanos 1:18-32).