Respuesta:
Durante mucho tiempo, la gente se ha preguntado si el rey Saúl se salvó o no; es decir, si Saúl fue perdonado y justificado por Dios y si hoy está en el cielo. No es posible dar una respuesta definitiva porque, por supuesto, la salvación de Saúl depende de Dios, no de nosotros. No tenemos conocimiento cierto de la condición del corazón de Saulo. Como dice la Escritura, solo Dios ve el corazón (1 Samuel 16:7).
La Biblia sí indica que la transformación espiritual de una persona se evidenciará por sus "frutos" (Mateo 7:16-20). Si una persona produce continuamente "malos frutos", entonces es muy poco probable que sea un verdadero creyente.
En contra de la salvación de Saúl está su historial de celos, odio y asesinato. El reinado de Saúl se caracterizó por el fracaso y la rebelión. Desobedeció directamente a Dios (1 Samuel 15:1-35) y quebrantó la ley de Dios al ofrecer un sacrificio que solo debían ofrecer los sacerdotes (1 Samuel 13:1-14). Saúl fue visitado por espíritus malignos en varias ocasiones (1 Samuel 16:14; 18:10; 19:9). Saúl dedicó mucho tiempo y esfuerzos a intentar asesinar a David (1 Samuel 18:10; 19:10; 23:14); incluso intentó asesinar a su hijo Jonatán en una ocasión (1 Samuel 20:33). Por increíble que parezca, el rey Saúl ordenó la matanza de ochenta y cinco sacerdotes inocentes y sus familias (1 Samuel 22:18-19). Consultó a una bruja y le pidió que resucitara a Samuel, otra violación directa de la Ley de Dios (1 Samuel 28:1-20). Saúl puso fin a su vida suicidándose (1 Samuel 31:4).
Existe la tendencia a mirar los hechos anteriores y decir: "Saúl no obedeció mucho al Señor, así que eso significa que no era salvo". Pero eso no es del todo justo, porque hay más en la historia.
Saúl fue el elegido por Dios para guiar a Israel (1 Samuel 9:15-16). Antes de que Saúl fuera nombrado rey, Samuel le dijo que visitara a algunos profetas (1 Samuel 10:5). En ese momento, se le dijo a Saúl: "el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre. . . . Dios está contigo" (versículos 6-7, NBLA). La promesa de que Saúl sería "cambiado en otro hombre" suena muy parecida a las afirmaciones de los nacidos de nuevo en el Nuevo Testamento (ver 2 Corintios 5:17). Esta descripción, más la declaración en el versículo 9 de que "Dios cambió el corazón de Saúl", lleva a algunos a creer que Saúl fue salvo.
Tal como Samuel había dicho, Saúl se llenó del Espíritu y profetizó con los demás profetas (1 Samuel 10:10-13). La cuestión sigue siendo cómo cambió exactamente Saúl. ¿Era su nuevo corazón prueba de que el Señor había perdonado su pecado y lo había salvado para la eternidad, o simplemente el Señor había vencido la renuencia de Saúl a ser rey (ver 1 Samuel 9:21)? La Biblia no lo dice.
Los que creen que Saúl no fue salvo se remiten a la larga lista de abusos, pasos en falso y atropellos que cometió Saúl, razonando que ningún verdadero seguidor de Dios podría comportarse así.
Los que creen que Saúl fue salvo señalan el hecho de que fue elegido por Dios y luego utilizado por Dios para profetizar y derrotar a los filisteos. Saúl cometió errores en su lucha contra la carne, pero todos los cometemos (Romanos 7:21-23). Saúl caminó en la carne la mayor parte de su vida y, por lo tanto, desobedeció al Señor. Esto no lo hace no salvo. Solo lo hace un creyente desobediente, dicen algunos, y el Señor disciplinó a Su hijo de la manera que consideró conveniente.
En 1 Samuel 28:19, el espíritu de Samuel le dice a Saúl: "mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos". Estas palabras indican el destino de Saúl. Samuel predice definitivamente la muerte del rey. La cuestión que se plantea entonces es si las palabras de Samuel "conmigo" se refieren en sentido amplio al Seol, el lugar de los muertos, o si se refieren más específicamente a la morada de los justos. Se podría argumentar en ambos sentidos, pero el hecho de que el hijo de Saúl, Jonatán, fuera un hombre justo, apoya la idea de que Saúl se reunió con Samuel en la morada de los justos.
La trágica elección de Saúl de vivir según la carne le causó mucho dolor. Saúl empezó muy bien, pero su desobediencia descarriló lo que podría haber sido un reinado estelar y el comienzo de una dinastía. Por su pecado, el rey Saúl lo perdió todo: la relación con su hijo, su papel de liderazgo en Israel, el amor de su pueblo y, finalmente, su vida.
De nuevo, no nos corresponde a nosotros juzgar la salvación de otra persona. Solo Dios sabe realmente si Saúl fue salvo o no. ¿Comenzó Saúl su carrera con un corazón humilde y temeroso de Dios? Sí. ¿Cometió pecados atroces más tarde en su vida? Sí. El asunto de su salvación es entre Dios y Saúl.
