Pregunta: "¿Cómo deben reaccionar los cristianos cuando las personas malvadas mueren?"
Respuesta:
Los cristianos se preguntan a veces cómo deben reaccionar cuando muere una persona malvada. Por ejemplo, en la muerte de Kim Jong Il, Osama bin Laden, o inclusive la muerte de Hitler en la historia, ¿debemos alegrarnos/celebrar? Es interesante que los autores de la Biblia también parecen haber luchado con esta pregunta, presentando diferentes perspectivas en distintos pasajes.
En primer lugar, está Ezequiel 18:23, "Les doy mi palabra: yo no quiero que la gente malvada muera; más bien, quiero que se aparte de la maldad y viva". Está claro que Dios no se complace en la muerte de los malvados. ¿Por qué? ¿Por qué un Dios santo y justo no se complacería en que los malos recibieran el castigo que merecen? La respuesta sería que Dios conoce el destino eterno de los malvados. Dios sabe lo horrible que será la eternidad en el lago de fuego. De manera similar a Ezequiel 18:23, 2 Pedro 3:9 afirma que Dios "no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle". Así que, en cuanto al destino eterno de las personas malvadas, no, no debemos alegrarnos de su muerte eterna. El infierno es tan horrible que nunca debemos alegrarnos cuando alguien va allí.
En segundo lugar, está Proverbios 11:10, "Cuando los buenos triunfan, la ciudad se alegra; cuando los malvados mueren, todo el mundo hace fiesta". Este texto parece referirse a la muerte de la gente mala en un contexto terrenal/temporal. Mientras menos personas malas haya en el mundo, el mundo será un lugar mejor. Podemos alegrarnos cuando se hace justicia, cuando el mal es derrotado. Que un asesino en serie sea removido del mundo es algo bueno. Dios ha designado a los gobiernos (y al ejército) como instrumentos de juicio contra el mal. Cuando se matan personas malvadas, ya sea en el sistema judicial a través de una condena a muerte, o a través de medios militares, se está cumpliendo la justicia de Dios (Romanos 13:1-7). Podemos alegrarnos de que se haga justicia y de que se eliminen los malos de este mundo.
Hay muchos otros pasajes bíblicos que pueden ser analizados (Deuteronomio 32:43; Job 31:29; Salmo 58:10; Proverbios 17:5, 24:17-18; Jeremías 11:20; Ezequiel 33:11), pero Ezequiel 18:23 y Proverbios 11:10 probablemente sean suficientes para ayudarnos a lograr este difícil equilibrio en la Biblia. Sí, podemos alegrarnos cuando el mal es derrotado, aunque eso incluya la muerte de gente malvada. Librar al mundo de gente malvada es algo bueno. Pero al mismo tiempo, no debemos alegrarnos por la condenación eterna de los malvados. Dios no desea que los malvados pasen la eternidad en el lago de fuego, y tampoco se alegra cuando van allí. Nosotros tampoco debemos alegrarnos.