Pregunta: ¿Cuál es el significado de las hierbas amargas en la Biblia (ver Éxodo 12:8)?
Respuesta:
La liberación de Israel de la esclavitud en Egipto prefiguró el plan de Dios de liberar y redimir a la humanidad mediante el sacrificio de Su Hijo, Jesucristo, el Cordero de Dios (Juan 1:29). Como preparación para la plaga final -la muerte de los primogénitos-, Dios instituyó la Pascua inicial. En Su gran misericordia, el Señor proporcionó un medio para que Su pueblo se salvara de la ira. Cada familia israelita debía tomar un cordero macho inmaculado, sacrificarlo al anochecer y untar con su sangre los marcos de las puertas de sus casas. "Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán" (Éxodo 12:8).
En lugar de un condimento sabroso para la carne, Dios pidió hierbas amargas, para simbolizar la amarga existencia de Israel bajo el dominio opresor del faraón. Cuando los hebreos comieran, las hierbas amargas les recordarían cómo sus crueles esclavizadores egipcios "amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor" (Éxodo 1:14). El pan sin levadura les recordaría cómo tuvieron que huir a toda prisa: el pan no tenía tiempo de crecer.
Cada detalle de la Pascua inaugural señalaba a Jesucristo, nuestro Cordero Pascual (1 Corintios 5:7). El sacrificio de Su sangre en la cruz nos liberó de la esclavitud al pecado y a la muerte (Romanos 3:25-26; Efesios 1:7; Colosenses 1:21-22; Hebreos 9:12). Como los israelitas, sufrimos amargamente antes de recibir la salvación en Cristo Jesús. Fuimos afligidos debido a nuestra esclavitud al pecado (Romanos 6:6, 14, 16; Gálatas 5:1; 2 Pedro 2:19).
Aunque la Biblia no lo dice específicamente, es probable que las hierbas amargas de la primera Pascua consistieran en verduras como la lechuga silvestre, el berro, la escarola, la achicoria, el comino y el diente de león. Todas ellas se cultivan y se consiguen fácilmente en Egipto. La tradición judía especifica la escarola, la achicoria, la lechuga silvestre y las ortigas entre las hierbas que se pueden comer. En las celebraciones pascuales actuales, el rábano picante y la lechuga son hierbas amargas de uso común.
En Números 9 se dieron instrucciones adicionales para la Pascua mientras Israel peregrinaba por el desierto del Sinaí. El Señor pretendía que Su pueblo celebrara la fiesta perpetuamente una vez que llegaran a la Tierra Prometida. Dios repitió la instrucción de "comer el cordero, junto con los panes sin levadura y las hierbas amargas" (Números 9:11). Así, las hierbas amargas pasaron a formar parte de la celebración anual de la Pascua.
La palabra hebrea (mĕrōrɩ̂m) traducida como "hierbas amargas" en Éxodo 12:8 y Números 9:11, se traduce en otros lugares como "amargura" para describir la miseria personal del profeta Jeremías: "Me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjo" (Lamentaciones 3:15). Curiosamente, se nos recuerda que a Jesús se le ofreció la copa amarga de vino mezclado con mirra en Su crucifixión (Mateo 27:34; Marcos 15:23).
La amargura es un sentimiento que implica una mezcla de ira y resentimiento generada por la experiencia de un sufrimiento injusto. La amargura se asocia frecuentemente con el pecado y la esclavitud al pecado en la Biblia (Deuteronomio 29:18; 32:32; Hechos 8:23). Las Escrituras advierten a los creyentes, diciendo: "Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados" (Hebreos 12:15). Pablo advierte a los cristianos: "Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros" (1 Corintios 5:7). Las hierbas amargas de la Pascua pueden recordarnos hoy que ya no somos esclavos del pecado, sino libres en Cristo (Juan 8:36). La sangre de Jesús y el sacrificio de Su cuerpo en la cruz vencieron la amargura de nuestras antiguas vidas.