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Pregunta: ¿Quiénes son las hijas de Jerusalén en Cantares?

Respuesta:
Las "hijas de Jerusalén" se mencionan siete veces en Cantares. Estas personas son obviamente mujeres, pero ¿quiénes son exactamente?

Lo más probable es que las hijas de Jerusalén fueran las jóvenes solteras de Jerusalén, la ciudad donde vivía Salomón. Algunas traducciones dicen "doncellas", "vírgenes" o "mujeres jóvenes" en lugar de "hijas". Un vistazo al uso de este término en el libro ayuda a reforzar esta interpretación. En Cantares 1:5, la sulamita afirma: "Morena soy, oh hijas de Jerusalén, / pero codiciable". En contraste con la piel "oscura" de la amante de Salomón, parece que las hijas de Jerusalén tenían la piel más clara. Esto puede indicar que las hijas de Jerusalén eran más acomodadas o trabajaban bajo techo, ya que la sulamita atribuye su piel oscura a trabajar al calor del sol (versículo 6).

Cantares 2:7 dice: "Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, / por los corzos y por las ciervas del campo, / que no despertéis ni hagáis velar al amor, / hasta que quiera". Se trata de un pasaje importante del libro, pues la orden de no «despertar el amor» se repite dos veces en otros pasajes. De nuevo, la sulamita se dirige a las demás mujeres de la zona, aconsejándoles que no fuercen el amor hasta que llegue el momento oportuno: el amor, cuando llegue. Este mismo mandato aparece también cuando se menciona a las hijas de Jerusalén en Cantares 3:5 y 8:4. La sulamita está dando su consejo a las demás muchachas de la ciudad.

En Cantares 3:10-11, la sulamita vuelve a dirigirse a las jóvenes de Jerusalén: "Por las doncellas de Jerusalén. Salid, / oh doncellas de Sion, / y ved al rey Salomón con la corona / con que le coronó su madre / en el día de su desposorio, / y el día del gozo de su corazón". El contexto habla de un carruaje real que Salomón había fabricado (versículo 9). Algunas traducciones indican que el interior del carruaje de Salomón estaba decorado "por las hijas de Jerusalén" (por ejemplo, NBLA, NVI). Esto puede darnos una pista adicional: las hijas de Jerusalén podrían ser las criadas del rey Salomón.

Cantares 5:8 también menciona a las hijas de Jerusalén, diciendo: "Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, / si halláis a mi amado, / que le hagáis saber / que estoy enferma de amor". Este encargo a las hijas de Jerusalén apoya también la idea de que eran criadas domésticas. Si por casualidad ven al rey durante el día, se les pide que informen de que la nueva esposa de Salomón está enferma de amor y desea estar con él.

Cantares 5:16 termina una descripción de Salomón con "todo él codiciable. / Tal es mi amado, tal es mi amigo, / oh doncellas de Jerusalén". El marido de la sulamita es a la vez su amante y su amigo, algo que ella declara abiertamente a las jóvenes de la ciudad.

Hay varios pasajes del cántico en los que habla un grupo de personas en respuesta a lo que dicen Salomón y la sulamita (Cantares 1:4, 11; 5:9; 6:13; et al.). Los interlocutores bien podrían ser las hijas de Jerusalén a las que la sulamita se dirige con tanta frecuencia.

En el Nuevo Testamento, Jesús se dirige en una ocasión a un grupo de mujeres a las que llama "hijas de Jerusalén". Mientras Jesús llevaba su cruz al Calvario, muchas mujeres le seguían en señal de duelo. Él les dice: "Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos" (Lucas 23:28). Jesús se dirigía en general a todas las mujeres de la ciudad de Jerusalén y en concreto a las que estaban cerca de Él.

Las hijas de Jerusalén desempeñan un papel pequeño pero importante en Cantares. Mientras las jóvenes doncellas de la ciudad escuchaban los consejos de la esposa de Salomón, recibían sabiduría sobre el romance. Si en realidad eran criadas en la casa de Salomón, habrían sido un público natural mientras hacían los preparativos para la boda y esperaban a su nueva reina.

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