Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre iniquidad, pecado y transgresión?
Respuesta:
En el Salmo 32:5 (NBLA), el salmista dice: "Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor". En este versículo, “pecado”, “iniquidad” y “transgresión” se mencionan al tiempo. A grandes rasgos, las tres palabras comunican la misma idea: maldad y violación de la ley, según lo define Dios (ver 1 Juan 3:4). Sin embargo, con un examen más detenido, cada palabra tiene un significado ligeramente diferente.
La palabra pecado y sus afines se usan 786 veces en la Nueva Versión Internacional de la Biblia. Pecado significa “errar al blanco”. Puede hacer referencia a hacer algo contra Dios o contra una persona (Éxodo 10:16), hacer lo opuesto a lo que es correcto (Gálatas 5:17), hacer algo que tendrá resultados negativos (Proverbios 24:33-34) y dejar de hacer lo que sabes que es correcto (Santiago 4:17). En el Antiguo Testamento, Dios incluso instituyó sacrificios para pecados involuntarios (Números 15:27). Pecado es el término general para cualquier cosa que “está destituido de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
El pecado conduce a una progresión descendente a la que, sin el poder restaurador del Espíritu Santo, todos nos encaminamos hacia ella. La naturaleza pecaminosa está presente en todo ser humano nacido desde la Caída de Adán (Génesis 3:6-7; Romanos 5:12). Si se deja sin control, el pecado continuo lleva a una "mente reprobada", como se menciona en Romanos 1:28. Nuestra naturaleza pecaminosa nos hace gravitar naturalmente hacia el egoísmo, la envidia y el orgullo, incluso cuando estamos tratando de hacer el bien. El apóstol Pablo se refirió a su inclinación al pecado cuando escribió: "Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo" (Romanos 7:18).
La naturaleza pecaminosa conduce a la transgresión. Un transgresor es alguien que cruza una línea o salta una valla que no debería cruzar o saltar. Una transgresión puede ser intencional o involuntaria. Transgresión también puede significar "alejarse después de estar cerca". Pedro transgredió cuando negó a Jesús (Lucas 22:34, 56-62). Todos "cruzamos la línea" en pensamiento, palabra o actitud muchas veces al día y debemos ser rápidos para perdonar a otros que hacen lo mismo (Mateo 6:15).
Transgresión se refiere al pecado presuntuoso. Transgredir es elegir desobedecer intencionalmente; la transgresión es una violación deliberada. Sansón violó intencionalmente su voto de nazareo al tocar un león muerto (Números 6:1–5; Jueces 14:8-9) y al permitir que le cortaran el cabello (Jueces 16:17); al hacerlo estaba cometiendo una transgresión. David se refería a este tipo de pecado cuando escribió: "Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado" (Salmos 32:1). Cuando conscientemente pasamos una señal de pare, decimos una mentira o desobedecemos abiertamente a una autoridad, estamos transgrediendo.
La iniquidad tiene raíces más profundas. Iniquidad se refiere a una elección premeditada; cometer iniquidad es continuar sin arrepentimiento. El pecado de David con Betsabé que condujo al asesinato de su marido, Urías, fue iniquidad (2 Samuel 11:3-4; 2 Samuel 12:9). Miqueas 2:1 dice: "¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!" En el salmo de arrepentimiento de David, él clama a Dios, diciendo: "Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado" (Salmos 51:2).
Dios perdona la iniquidad, como lo hace con cualquier tipo de pecado cuando nos arrepentimos (Jeremías 33:8; Hebreos 8:12). Sin embargo, la iniquidad sin control conduce a un estado de pecado voluntario sin temor a Dios. La acumulación de pecado sin arrepentimiento a veces se representa como una "copa de iniquidad" llena hasta el borde (Apocalipsis 17:4; Génesis 15:16). Esto a menudo se aplica a naciones que han abandonado completamente a Dios. La iniquidad constante lleva a afectos antinaturales, que conducen a una mente reprobada. Romanos 1:28-32 describe esta digresión con vívidos detalles. Los hijos de Eli son ejemplos bíblicos de réprobos a quienes Dios juzgó por sus iniquidades (1 Samuel 3:13-14). En lugar de arrepentirse, los hijos de Eli continuaron en sus abominaciones hasta que el arrepentimiento ya no fue posible.
Los escritores bíblicos utilizaron diferentes palabras para referirse al pecado en sus diversas formas. Sin embargo, sin importar cuán depravado pueda llegar a ser el corazón humano, la muerte de Jesús en la cruz fue suficiente para cubrir todo pecado (Juan 1:29; Romanos 5:18). El Salmo 32:5, citado al principio de este artículo, termina con estas palabras: "Y tú perdonaste la maldad de mi pecado". El único pecado que Dios no puede perdonar es el rechazo final al llamado al arrepentimiento por parte del Espíritu Santo, el mayor fruto de una mente réproba (Mateo 12:32; Lucas 12:10).