Respuesta:
La inmanencia de Dios se refiere a Su presencia dentro de Su creación. (No debe confundirse con inminencia, que se refiere al tiempo del regreso de Jesús a la tierra). La creencia en la inmanencia de Dios afirma que Dios está presente en toda la creación, aunque permanece diferente de ella. En otras palabras, no hay un lugar donde Dios no esté. Su control soberano se extiende simultáneamente por todas partes.
El panteísmo y el deísmo distorsionan la visión de muchas personas de cómo Dios se relaciona con Su creación. Los panteístas creen que todo es Dios o es parte de Dios, lo que lo iguala con Su creación e impide que actúe sobre ella. Los deístas sostienen que Dios es distinto de Su creación, pero niegan que juegue un papel activo en ella. Contrariamente a estas y otras falsas visiones de Dios, la Biblia dice que Dios es diferente de Su creación y la sostiene activamente.
Tanto la trascendencia (Dios existe fuera del espacio y el tiempo) como la inmanencia (Dios está presente dentro del espacio y el tiempo) son atributos de Dios. Según Jeremías 23:23, Dios está "cerca" y "lejos". "Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos" (Isaías 55:9). Esa es la trascendencia de Dios. "Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten" (Colosenses 1:17). Esa es la inmanencia de Dios.
La omnipresencia de Dios está estrechamente relacionada con Su inmanencia, y el Salmo 139:1-10 la describe con hermoso detalle. En el Nuevo Testamento, Pablo declara que Dios "él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas" y "en él vivimos, y nos movemos, y somos" (Hechos 17:25, 28). Dios guía, gobierna y provee para Su creación, aunque Él está muy por encima de ella (Efesios 1:11; 4:6).
La inmanencia de Dios también se apoya en la historia de la Biblia en su totalidad. La existencia misma de la Palabra de Dios en forma escrita da testimonio del interés y la acción de Dios en Su mundo. La supervivencia de Israel a lo largo de la historia bíblica y la encarnación de Jesús dan un poderoso testimonio de que Dios está presente e involucrado. Él literalmente "sustenta todas las cosas con la palabra de su poder" (Hebreos 1:3). Él es Emmanuel, "Dios con nosotros"; Él es inmanente.