Respuesta:
Las personas tienen intelecto y son seres racionales, pero muy a menudo se comportan de forma irracional. La psicología y las ciencias sociales intentan dar muchas explicaciones a la irracionalidad humana. Estos intentos son útiles, pero a menudo no tienen base bíblica. La Biblia sí aborda la cuestión de la irracionalidad. Según las Escrituras, las personas se apartan de la razón porque no quieren reconocer la verdad de que son pecadores que necesitan a Dios. Quizá lo más importante sea que la Biblia también aborda la cuestión de por qué somos capaces de ser racionales en primer lugar. Preguntarse "¿por qué la gente es irracional?", es útil. Sin embargo, la pregunta "¿por qué la gente es capaz de ser racional?", es un gran obstáculo para la persona que rechaza la creencia en Dios. Irónicamente, solo podemos confiar en la razón humana si Dios existe de verdad.
La contrapregunta de "¿por qué las personas son racionales?", se explica mejor primero. Si toda nuestra "razón" es simplemente el producto de una evolución no guiada, entonces no podemos confiar en ella. La evolución solo favorece los rasgos que mejoran la supervivencia. Y, como es evidente, aferrarse a la "verdad" no siempre beneficia a la criatura. "Creer lo que me mantiene vivo" no es lo mismo que "creer lo que es verdad". Así pues, si creemos que existe la Razón, tenemos que creer que no es física y que no se explica por la naturaleza o el naturalismo. En resumen, ¡o Dios existe, o no podemos confiar en nuestro razonamiento!
Algunas personas no quieren reconocer a Dios, por lo que tienen que rechazar la verdad. Esto no significa que sean estúpidos o dementes. Pero los que se apartan de Dios tienen que hacer cierta gimnasia mental para justificar su rebelión. La gente también puede ser irracional en cuestiones no espirituales. Sin embargo, las razones básicas son las mismas. Tanto si se trata de cuestiones espirituales como no espirituales, la gente tiende a ser irracional como mecanismo de defensa.
Las personas son capaces de razonar, pero a menudo son irracionales. Hay cuatro factores principales que afectan a nuestra aplicación de la razón: las emociones, la ignorancia, los prejuicios y las preferencias. A veces respondemos con puro instinto, que es emoción. Podemos intentar razonar una cuestión sin tener toda la información necesaria, lo cual es ignorancia. Puede que algo no nos guste y busquemos excusas para rechazarlo, lo cual es prejuicio. O puede gustarnos algo y buscar excusas para defenderlo, lo cual es preferencia.
El lado espiritual de por qué la gente es irracional se explica en la Biblia. Segunda de Pedro 2:12 es un buen resumen de la visión bíblica del pensamiento irracional: "Pero estos [los falsos maestros], hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción". En este versículo, la falta de razón se considera una característica de los animales. En lugar de utilizar un buen razonamiento, las personas que rechazan la verdad eligen seguir sus instintos, y la naturaleza humana pecaminosa, seguida instintivamente, conduce a las personas al error. Romanos 1:20-23 dice más o menos lo mismo. Hay suficientes pruebas de Dios en el mundo como para que la gente deba buscarlo. Los que no lo hacen están eligiendo seguir el sinsentido en lugar de la sabiduría, prefiriendo el enfoque animalista del instinto y la irracionalidad. Al hacer esto, deciden mantener la ignorancia en lugar de perseguir la verdad. La vía de la verdad está disponible, pero no se busca (ver Mateo 7:7).
Al mismo tiempo, parte de la irracionalidad humana se basa en preferencias y prejuicios. Aceptar la verdad de Dios significa admitir el propio pecado. Para algunos, reconocer el pecado y la necesidad de un Salvador es inaceptable (Juan 3:19-20). Si la gente se niega a escuchar la voz de Dios, Él dejará que sufran las consecuencias (Salmo 81:12). A menudo, esto significa dejar que deriven hacia un pensamiento irracional e ilógico (1 Corintios 2:14).
Así pues, tanto si la cuestión es espiritual como si no, la gente es irracional por una de estas dos razones básicas: no nos interesa la verdad, o no sabemos lo suficiente para conocer la verdad. Y, la mayoría de las veces, sobre todo en cuestiones espirituales, el hecho de que nos importe o no la verdad marca la diferencia en cuanto a si intentaremos aprenderla (Juan 7:17).
