Pregunta: ¿Habla la Biblia de jerarquía en la sociedad?
Respuesta:
Como historia de la humanidad, por lo general la Biblia se refiere a la jerarquía de las distintas sociedades. Muy al principio de la historia, podemos ver la estratificación de la sociedad, en la que los terratenientes estaban separados de los trabajadores, los esclavos y los extranjeros de una región. En la mayoría de las sociedades antiguas, las viudas y los huérfanos también ocupaban los puestos más bajos de la jerarquía.
El antiguo Israel, como todas las naciones, estaba organizado en una jerarquía de autoridad: Moisés y Aarón eran los líderes de los israelitas después del tiempo que pasaron en Egipto (Éxodo 4:27-31). Aarón dirigía a los sacerdotes (Éxodo 29 ). Cada clan o familia tenía un grupo de líderes (Números 36:1). Se designaban "cabezas del pueblo, como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez" (Éxodo 18:25, NBLA). Más tarde, durante la monarquía, la jerarquía incluía un rey en lo más alto (1 Crónicas 28:4).
Además de jerarquías de autoridad, la Biblia menciona jerarquías de clase, rango militar, religión y estatus socioeconómico. Un ejemplo de jerarquía de clase que se menciona en las Escrituras se encuentra en Ester 1:16 (NBLA), que habla del rey, la reina, la nobleza y "todos los pueblos que están en todas las provincias"; más adelante, en el mismo pasaje, se hace referencia a toda la sociedad en términos "desde el mayor hasta el menor" (versículo 20). En la Biblia abundan los ejemplos de jerarquía militar: un ejemplo es el centurión de Mateo 8:9 (NBLA), que habla de sí mismo como "hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes". Ejemplos de jerarquía religiosa en la Biblia son los levitas, que eran los únicos que podían llevar el arca de la alianza (1 Crónicas 15:2); y los maestros de la ley y los fariseos, que "se han sentado en la cátedra de Moisés" (Mateo 23:2, NBLA). Por último, un ejemplo en la Biblia de jerarquía socioeconómica se ve en las palabras de Jesús de que "a los pobres siempre los tendrán con ustedes" (Marcos 14:7, NBLA).
Una jerarquía social de algún tipo es normal y natural, e incluso necesaria para mantener el orden. De hecho, Dios instituyó estructuras de autoridad (Romanos 13:1), y ordenó a los cristianos del primer siglo que "honraran al rey" (1 Pedro 2:17, NBLA; cf. Proverbios 24:21). Incluso en el reino milenario de Cristo existirá una jerarquía. Cristo será Rey, y a los doce apóstoles se les promete que "se sentarán en tronos juzgando a las doce tribus de Israel" (Lucas 22:30, NBLA). Así pues, no hay nada pecaminoso en una jerarquía, per se.
Es importante recordar que el lugar de una persona en una jerarquía no es indicativo de su valor como persona. La Biblia enseña que todos, desde un rey hasta el siervo más humilde, han sido creados a imagen de Dios. Con frecuencia, la humanidad confunde este asunto, asignando cierto valor o valía a quienes tienen más autoridad, más dinero o un rango superior. Tal pensamiento es antibíblico. Dios no hace acepción de personas (Hechos 10:34), y nosotros tampoco debemos mostrar favoritismo (Santiago 2:1-9).
Además, el hecho de que Dios establezca autoridades no significa que todas las jerarquías le sean agradables. Algunas jerarquías de este mundo son el resultado de la caída de la humanidad y del estado quebrantado y pecaminoso del mundo. El sistema de castas del hinduismo, por ejemplo, es algo perverso. Y que la Biblia reconozca que existe una jerarquía, no significa que Dios apruebe todo lo que ocurre dentro de ella. La Biblia deja claro que Dios no aprueba la discriminación, la explotación ni el abuso de poder.
La Biblia reconoce que existen jerarquías sociales, pero también pide repetidamente que se proteja a las viudas y a los huérfanos (Éxodo 22:22). La Ley Mosaica establecía unas normas sobre la esclavitud mucho más humanas y protectoras que las de cualquier otra nación de la época (Éxodo 21). E Israel recibió el mandato directo de tratar con justicia a los inmigrantes: "No oprimirás al extranjero, porque ustedes conocen los sentimientos del extranjero, ya que ustedes también fueron extranjeros en la tierra de Egipto" (Éxodo 23:9, NBLA).
No debemos confundir la autoridad establecida por Dios con las estructuras sociales o jerarquías creadas por el hombre a causa del pecado. Las estructuras de Dios están pensadas para nuestra protección y provisión, aunque la humanidad intente corromperlas; las jerarquías humanas están pensadas para elevar a unos y subyugar, abusar o explotar a otros.
Un día, "Todo valle sea elevado, y bajado todo monte y collado" (Isaías 40:4, NBLA), y quienes abusen de su poder, marginen a los débiles o degraden de algún modo la vida humana, se enfrentarán a la justicia (ver Salmo 36:6; Apocalipsis 19:11). Podemos contar con que la recta justicia de Dios arreglará todas las cosas cuando cumpla Su voluntad al final de los tiempos.