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Pregunta: ¿Qué dice la Biblia sobre la justicia restaurativa?

Respuesta:
La justicia restaurativa pretende restaurar y rehabilitar a los delincuentes y reconciliarlos con sus víctimas y con la comunidad afectada. En contraste con la justicia restaurativa está la justicia retributiva, que pretende castigar a los malhechores según lo que merecen sin el objetivo de la restauración. En la justicia retributiva, los individuos cosechan lo que siembran. Ambas formas de justicia están presentes en las Escrituras, aunque el tema de la justicia restaurativa es más prominente.

Para comprender lo que dice la Biblia sobre la justicia restaurativa, es útil reconocer el tema de la justicia retributiva en las Escrituras. La Biblia dice que el pecado tiene consecuencias y que las malas decisiones suelen conducir a resultados negativos (Isaías 59:2; Proverbios 1:32). Estos temas de retribución y castigo medido para los culpables están presentes en todo el sistema legal del Antiguo Testamento y salpicados en el Nuevo Testamento (Deuteronomio 19:21; Eclesiastés 11:4; Gálatas 6:7-8). También es importante señalar que Dios asigna a las autoridades gubernamentales la función de castigar el mal (Romanos 12:19-13:5). Al ser justo, Dios no deja el mal sin control. Tanto los paganos como los cristianos afrontan las consecuencias de su pecado. Las Escrituras dejan claro que castigar el mal tiene su valor, pero, en última instancia, es Dios quien debe impartir justicia (Romanos 12:17-21; 1 Pedro 2:21-23).

Hasta cierto punto, hay temas retributivos en Génesis 3. Adán y Eva desobedecen a Dios y sufren las consecuencias del pecado. Sin embargo, Cristo asumió nuestro merecido castigo con el propósito de una redención plena (ver Isaías 53:5 y Hebreos 9:12). Es la gracia de Dios la que se añade a la historia de la justicia retributiva. El don de Dios de redención, restauración y perdón para los pecadores que no lo merecen impregna las Escrituras (Isaías 32:17; Salmo 111:9; 130:8; Juan 3:16; Hechos 3:19; Colosenses 1:19-23). El objetivo de la justicia restaurativa en las Escrituras es la plena restauración de la relación entre Dios y los seres humanos pecadores.

Vemos un ejemplo de enfoque redentor en el Sermón del Monte de Jesús. El Señor dice: "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra... Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen" (Mateo 5,38-39, 43-44). En estos versículos, Jesús subraya la importancia de restablecer las relaciones entre las partes, en lugar de devolver lo que se ha hecho mal. Aunque no niega la importancia de que el gobierno cumpla su deber de castigar las fechorías, enseña que nuestros corazones deben tener una postura de perdón y reconciliación.

Un claro ejemplo de justicia restaurativa en las Escrituras procede del libro de Filemón. El esclavo de Filemón, Onésimo, se escapa y huye de su amo. En aquella época, los amos tenían derecho a condenar a ejecución a sus esclavos fugitivos. Hacer un esfuerzo por reconciliarse con el amo era impensable. Sin embargo, por influencia de Pablo, el fugitivo Onésimo deposita su confianza en Cristo. Pablo escribe entonces una carta a su íntimo amigo Filemón, pidiéndole que acoja a Onésimo en su casa. En lugar de buscar el castigo que Onésimo merece, Pablo intenta restablecer la relación entre esclavo y amo. Va incluso más lejos, diciendo a Filemón que reciba a Onésimo "ya no como esclavo, sino... como un hermano amado" (Filemón 1:16, NBLA). A continuación, Pablo se ofreció a pagar a Filemón los daños ocasionados: "Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta" (Filemón 1:18). El tema de la justicia restaurativa en esta historia apunta hacia el Evangelio.

Vemos la justicia restaurativa en el Evangelio a través de la muerte de Jesús en nuestro favor. Nuestros pecados merecen un castigo, pero Jesús asumió nuestro castigo para salvarnos de las consecuencias del pecado y restaurarnos en una relación correcta con Dios. Un día la justicia restaurativa se realizará plenamente. Cuando Cristo regrese, restaurará las relaciones, los cuerpos e incluso la Tierra (Juan 5:24-25; Romanos 6:5-7; Apocalipsis 21:25).

Es un gran acto de gracia que Dios elija un equilibrio entre la justicia restaurativa y la justicia retributiva para los pecadores. Por gratitud y obediencia, los creyentes también deben elegir la restauración, la redención y el perdón en sus relaciones (Efesios 4:31-32).

En resumen, la justicia restaurativa es primordial en la historia global de las Escrituras. Sin ella, no existe una relación correcta entre Dios y los pecadores.

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