Respuesta:
La lascivia se refiere a la práctica del desenfreno, la obscenidad o el libertinaje. En una palabra, ser lascivo es ser lujurioso. La lascivia no solo fue condenada por Jesús, sino también por Judas y los apóstoles Pedro y Pablo. Curiosamente, la palabra lascivia no se utiliza en las traducciones más modernas de la Biblia, sino que se encuentra en las versiones más antiguas.
La versión del Rey Jacobo traduce de esta manera Marcos 7:22–23: "los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre". La NBLA traduce el mismo pasaje de esta manera: "avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre".
Otros pasajes en el Nuevo Testamento que incluyen esta palabra son 1 Pedro 4:3; 2 Corintios 12:21; Efesios 4:19; Gálatas 5:19; y Judas 1:4.
La lascivia también significa "excesiva indulgencia en los placeres sensuales". Es tener un total desprecio por la integridad y el honor de los demás. Ejemplos de tal comportamiento incluyen el de la gente de Sodoma y Gomorra (2 Pedro 2:6–7) y los falsos maestros que prometen libertad, pero que ellos mismos son esclavos de la corrupción (2 Pedro 2:2, 18–19). Además, Pablo usó la palabra lascivia en referencia al deseo sexual excesivo (Romanos 13:13; 2 Corintios 12:21; Gálatas 5:19). Las palabras de Jesús que se encuentran en Marcos 7:22 tienen el mismo significado.
El comportamiento lascivo puede incluir la forma en que nos vestimos, cuando nuestro objetivo es parecer sexys o sensuales. La lascivia también incluye ver material sexualmente explícito. Esto incluiría revistas, películas y televisión subidas de tono, así como la pornografía en sí. Numerosos estudios han demostrado que la pornografía es altamente adictiva, e innumerables matrimonios han sido destruidos como resultado de ello. También se ha determinado que muchos abusadores de niños, depredadores sexuales e incluso asesinos han sido influenciados por ese material.
El comportamiento lascivo es frecuente en el entorno laboral, donde hombres y mujeres trabajan muy juntos. Aunque las leyes contra el acoso sexual han ayudado a frenar las insinuaciones no deseadas de los compañeros de trabajo, el coqueteo, las caricias provocativas y el lenguaje inapropiado son comunes.
Sin duda, la sociedad posmoderna de hoy alienta a los hombres y mujeres a ser "sexys," pero debemos entender que los cristianos deben ser virtuosos. En su carta a la iglesia de Corinto, el apóstol Pablo dijo: "Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo, peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Corintios 6:18–20). Como seguidores de Jesús, nuestro objetivo es ser santos en espíritu y en cuerpo.
Es importante entender que los que se entregan a la lascivia están poniendo sus almas en grave peligro. Pablo lo deja muy claro en su carta a los gálatas: "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios" (Gálatas 5:19–21).