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Pregunta: Estoy luchando con el acné, ¿cómo puedo evitar que me moleste tanto?

Respuesta:
Cualquier defecto físico que creamos que domina nuestra apariencia puede hacernos sentir avergonzados y dañar la imagen que tenemos de nosotros mismos. El acné, especialmente en la adolescencia, es uno de esos defectos que avergüenzan y pueden hacer sentir a quien lo padece que es lo único que se ve. A causa de los cambios hormonales, la dieta, la herencia y/o la falta de una limpieza cuidadosa, el acné facial puede afectar tanto a hombres como a mujeres en distintas etapas de su vida. Dado que el acné no interfiere en las actividades vitales necesarias, podemos llegar a sentirnos culpables por el hecho de que nos moleste tanto. Al fin y al cabo, el acné no es tan malo como estar ciego, sordo o lisiado, así que ¿está mal que nos preocupe?

Los tratamientos médicos han avanzado mucho en lo que respecta al cuidado o la cura del acné, por lo que el primer paso para hacerle frente es acudir al médico. Ciertos medicamentos para tratar el acné han dado buenos resultados, así que no hay por qué sufrir durante años cuando se puede disponer de un tratamiento. Además, muchos lavados faciales medicinales de venta libre también pueden funcionar si se utilizan de forma correcta y constante. Así que el primer paso para tratar un caso importante de acné es investigar todos los tratamientos posibles y probarlos hasta encontrar lo que funciona.

Convertirse en un experto en la propia piel es una forma proactiva de tratar los problemas de acné. A veces, ciertos productos para el cabello o la piel pueden agravar el acné. El pelo largo que queda cerca de la cara también puede obstruir los poros y mantener la grasa atrapada bajo la piel. Hábitos como tocarse la cara con las manos sucias o hurgarse los granos también pueden entorpecer la cura. Un paso importante para solucionar el acné es saber qué lo empeora.

Si los intentos de curar el acné no funcionan, utilizar un poco de tapa granos puede ser una opción en algunos de los brotes más grandes. Un toque de corrector en el tono adecuado puede hacer que los granos parezcan desaparecer, y nadie tiene por qué saber que lo llevas. En el caso de las mujeres, llevar base de maquillaje puede suavizar los tonos desiguales de la piel y minimizar la visibilidad del acné. Los chicos pueden dejarse crecer el vello facial para cubrir un brote especialmente grave.

A pesar de todos los esfuerzos por minimizar los efectos del acné, algunas personas acaban por acostumbrarse a padecerlo. La oración es buena, pero Dios no siempre concede las peticiones de sanidad física, así que debemos estar preparados para ver el acné desde Su óptica. Muchas veces, Dios permite que haya cosas embarazosas en nuestras vidas para ayudarnos a profundizar en nuestro caminar con Él (1 Corintios 1:4). La vida es una serie de elecciones, tanto externas como internas. Podemos elegir si permitimos o no que un defecto físico defina nuestro valor. Un hombre en silla de ruedas debe tomar esa decisión. Una niña que nace con rasgos faciales deformes debe tomar esa decisión. Los amputados, las víctimas de quemaduras y las personas con cicatrices de accidentes deben aceptar su aspecto y decidir si dejan que su cuerpo determine su valor.

Nick Vujicic nació sin brazos ni piernas, y su testimonio es fascinante. La actitud positiva y valiente de Nick es una inspiración para todos nosotros y puede ayudarnos a mantener nuestras propias enfermedades en perspectiva. Alimentarse de historias edificantes como la de Nick puede ayudar a un enfermo de acné a mantener un espíritu agradecido, y un espíritu agradecido es la clave de la felicidad.

También es útil recordar que, para la mayoría de las personas, el acné es una afección temporal. Aunque pueda parecer toda una vida mientras la padecemos, los brotes más graves suelen disminuir cuando una persona llega a la mitad de sus 20 años. Por humillante que parezca, el acné no tiene por qué definir el resto de nuestras vidas. A medida que el cuerpo madura y las hormonas se calman, el acné también desaparece. La resistencia es una cualidad que Dios aprecia mucho, y los que sufren de acné pueden concentrarse en desarrollar esa característica durante el tiempo en que el acné está presente (Santiago 1:2-4).

Incluso durante esos años en los que el acné parece haberse apoderado de nosotros, podemos desarrollar cualidades internas como la compasión por los demás que se encuentran en la misma situación, la autoestima independiente de la apariencia y la confianza en Dios para encontrar aprobación y propósito. Todas estas son cualidades de carácter valiosas que muchas personas con rostros perfectos nunca desarrollan. Dios puede utilizar cualquier cosa, incluso el acné, para hacer aflorar el carácter de Cristo en nosotros, a medida que aprendemos a empatizar con quienes también se sienten inaceptables para el mundo.

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