Respuesta:
Teísmo viene de theos, la palabra griega para "Dios". Mal- viene del latín y significa "mal" o "malo". Así pues, el malteísmo es la creencia de que Dios, si existe, es realmente malo. El malteísmo también consideraría impropias la alabanza y la adoración a Dios, ya que simplemente alimentan su egolatría.
No existen grupos o "religiones" malteístas oficiales; sin embargo, puede haber individuos que crean que Dios es malvado o que tiene algo contra ellos y, por tanto, les ha tratado injustamente; algunos maltheístas pueden incluso agruparse de forma no oficial. (En la fecha de redacción de este artículo, existía una página de Facebook de "La Iglesia Universal del Malteísmo". Los organizadores afirman: "Creemos que existe un dios y que nos odia a todos. Su [sic] juega con nosotros como un niño juega con los insectos, confundiéndonos, tendiéndonos trampas para que fracasemos y fomentando nuestro sufrimiento". El 6/12/2021, esa página tenía 20 seguidores).
El malteísmo parece ser la propuesta más frecuente de los ateos que afirman que, si Dios existiera realmente, sería un Dios malvado por todo el dolor y el sufrimiento que hay en el mundo y por todas las cosas que consideran malvadas que hace en la Biblia. Por ejemplo, en El espejismo de Dios, Richard Dawkins dice: "El Dios del Antiguo Testamento es posiblemente el personaje más desagradable de toda la ficción: celoso y orgulloso de ello; un fanático del control mezquino, injusto e implacable; un vengativo y sanguinario limpiador étnico; un matón misógino, homófobo, racista, infanticida, genocida, filicida, pestilente, megalómano, sadomasoquista y caprichosamente malévolo" (Houghton Mifflin, 2006, p. 51 ).
En realidad, hay tres respuestas posibles a este tipo de pensamiento. La primera podría ser plantear algunas de las respuestas tradicionales al problema del mal o la teodicea. Este tipo de respuestas pueden ser útiles para el escéptico honesto o para los cristianos que puedan tener algunas dudas sobre lo que Dios está haciendo en el mundo.
Sin embargo, hay al menos otras dos formas de abordar el problema del malteísmo. Una es enfrentarse a él de frente, del mismo modo que Dios se dirigió a Job cuando este cuestionó la justicia de Dios. Cada vez que una persona acusa a Dios de ser malvado, esa persona se está convirtiendo a sí misma en la norma y está juzgando a Dios en función de ella. Dios desafió a Job con estas palabras
"¿Anularás realmente Mi juicio?
¿Me condenarás para justificarte tú?
¿Acaso tienes tú un brazo como el de Dios,
Y truenas con una voz como la suya?
Adórnate ahora de majestad y dignidad,
Y vístete de gloria y de esplendor.
Derrama los torrentes de tu ira,
Mira a todo soberbio y abátelo,
Mira a todo soberbio y humíllalo,
Y pisotea a los impíos donde están.
Escóndelos juntos en el polvo;
átalos en el lugar oculto.
Entonces Yo también te confesaré
Que tu mano derecha te puede salvar" (Job 40:8-14, NBLA).
Este tipo de cuestionamiento continúa hasta el final de Job 41. Dios es Dios, y Él establece la norma. Sostener el malteísmo -decir que Él es malo- es erigirnos en Dios en Su lugar. Él nos hizo; Él establece la norma de lo correcto y lo incorrecto, del bien y del mal, y nosotros tenemos que responder ante Él. Él no responde ante nosotros. Sería normal esperar que entendiéramos mal o no estuviéramos de acuerdo con muchas cosas que Él nos dice. Esa es la esencia del pecado: hacer nuestras propias cosas basándonos en nuestras propias normas.
Los que opinan que Dios hace cosas malas suelen ser hipócritas. Muchos malteístas también están "a favor del aborto". Si una mujer puede matar a su hijo porque forma parte de su cuerpo o está dentro de él, ¿por qué Dios no puede tratar a Su creación como quiera? La verdad es que Dios sí tiene derechos absolutos sobre la creación, y por eso ningún ser humano, hombre o mujer, tiene derechos absolutos sobre su propio cuerpo. Nadie tiene derecho a matar a nadie, salvo en las situaciones en que Dios lo ha permitido u ordenado. Dios da la vida y la quita como considera oportuno.
Otro enfoque del malteísmo quizá se utilice mejor con quienes atraviesan dificultades personales que les han hecho pensar que Dios está contra ellos. En estos casos, es bueno ser el representante de Dios, proporcionando amor y apoyo emocional, físico y espiritual. En algunos casos, esto puede significar simplemente estar ahí y satisfacer las necesidades sin intentar explicar por qué ha ocurrido la desgracia.
Sean cuales sean las razones de Dios para permitir el mal y el sufrimiento, no nos pide que hagamos nada que no haya hecho Él mismo. En Jesucristo, Él entró en el mundo del mal y sufrió con nosotros y, en última instancia, por nosotros. Sean cuales sean las razones por las que permite que el mal continúe temporalmente, la cruz demuestra que no puede deberse a que Él sea malo o a que sea indiferente o falto de amor.