Pregunta: ¿Qué significa que Dios puede hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos en Efesios 3:20?
Respuesta:
En Efesios 3, el apóstol Pablo elevó una oración a Dios Padre en nombre de la congregación de creyentes de Éfeso. La iglesia estaba formada por una mezcla de creyentes judíos y gentiles. El ferviente deseo de Pablo era que estuvieran unidos en su conocimiento y experiencia del amor de Cristo, y que compartieran generosamente ese amor unos con otros. Al concluir su oración, Pablo prorrumpió en alabanzas, declarando que Dios puede "hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos" (versículo 20).
Pablo tenía la costumbre de pedir a Dios que derramara bendiciones espirituales de extraordinario valor sobre los creyentes bajo su cuidado: "Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad" (Colosenses 1:9-11; ver también Filipenses 1:9; 4:19; 1 Tesalonicenses 3:12).
En Efesios 3:20, Pablo utiliza un término especial para hablar de la superabundante capacidad de Dios para obrar más allá de nuestras oraciones, pensamientos e incluso sueños. Las traducciones al español de este término son "muchísimo más" (NVI), "lograr mucho más" (NTV).
Tres atributos clave del carácter de Dios surgen en la afirmación de Pablo de que Dios puede hacer mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Lo primero que vemos es Su soberanía. El hecho de que Dios sea soberano significa que tiene la sabiduría, el poder y la autoridad para hacer lo que quiera. No hay límite a lo que Dios puede hacer en respuesta a nuestras oraciones, porque Su poder va mucho más allá de lo que podemos pedir, soñar o incluso comprender.
La segunda característica que vemos es la omnipotencia de Dios. Nuestro Padre celestial tiene todo el poder sobre todas las cosas en todo momento. Él manifiesta Su poderoso poder de muchas maneras. Lo vemos en Su creación y en Sus milagros. En Éfeso, Dios expresó Su omnipotencia al reunir a judíos y gentiles en una sola familia, un hogar unido para que Su Espíritu morara a través de la fe en Jesucristo.
La gloria de Dios es el tercer atributo que se expresa en la alabanza de Pablo. Cada acto soberano y poderoso que Dios realiza en respuesta a la oración irradia Su majestad. Cuando el Señor hace más de lo que podemos pedir o imaginar, Él recibe la gloria. Nuestra limitada imaginación y nuestras débiles oraciones no pueden contener la riqueza de los dones de Dios. Cuando reconocemos todo lo que Dios ha hecho por nosotros y en nosotros, Su Iglesia, no podemos, sino asombrarnos de Su bondad y gloria.
Si alguna vez te ha sorprendido la respuesta a una oración, entonces has comprobado el significado de Efesios 3:20. Pablo estaba enseñando a sus lectores lo que él mismo ya sabía: que es imposible pedir demasiado a Dios, porque Su poder de dar supera con creces la capacidad del creyente para pedir o imaginar. Nuestros pensamientos superan nuestras palabras, pero el poder de Dios para actuar lo supera todo. El apóstol reiteró lo que había proclamado el salmista: "Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito" (Salmo 147:5). Por extravagantes que sean nuestras peticiones, Dios, con Su incomparable poder, puede darnos más de lo que pedimos, y mucho más de lo que nuestra mente finita puede imaginar.
