Pregunta: ¿Qué significa que el matrimonio es honroso en todos (Hebreos 13:4, NBLA)?
Respuesta:
El libro de Hebreos se cierra con una secuencia de instrucciones para la vida cristiana. Hebreos 13:4 se centra en el matrimonio: "Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin deshonra, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios" (Hebreos 13:4, NBLA).
El significado de la frase "sea el matrimonio honroso en todos" resulta algo confuso en las versiones antiguas de la Biblia. En traducciones más modernas, el sentido de exhortación es más evidente: "Honren el matrimonio" (NTV), "Tengan todos en alta estima el matrimonio" (NVI). En el siglo I, al igual que en la cultura actual, la sagrada institución del matrimonio se estaba viendo comprometida por la permisividad, la promiscuidad y la inmoralidad sexual. Sin embargo, el pueblo de Dios se rige por una norma más elevada, en la que el matrimonio -la relación fundacional de las familias fuertes- se considera un vínculo sagrado y pactado.
Cuando Dios creó a la humanidad, "al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Génesis 1:27). La intención de Dios era unir a las parejas en matrimonio para reflejar Su imagen (Efesios 5:22-33), proporcionar compañía y beneficio mutuo (Génesis 2:18, 20-22), llenar la tierra y criar hijos juntos (Malaquías 2:15) y formar familias, que son las unidades básicas de la sociedad. Dondequiera que el matrimonio sea honorable entre todos, florecen tanto las parejas como las comunidades en general. Dios llama a todos los cristianos a honrar y respetar el matrimonio como unión divinamente establecida entre un hombre y una mujer, en la que se salvaguardan en todo momento la pureza moral y la fidelidad absolutas (Efesios 5:3).
Lamentablemente, el matrimonio dista mucho de ser honorable entre todos. En muchas culturas de todo el mundo, el matrimonio ha existido durante mucho tiempo como una versión rota y distorsionada de su diseño previsto por Dios. El autor de Hebreos cita explícitamente la fornicación y el adulterio como comportamientos que deshonran la unión matrimonial. Dios creó la intimidad sexual como un don compartido exclusivamente entre un marido y una mujer que entregan sus vidas y su amor el uno al otro en una relación para toda la vida (Génesis 2:24; Mateo 19:4-6; 1 Corintios 7:2-5; Efesios 5:31).
El matrimonio se deshonra cuando se profana el lecho conyugal o, en otras palabras, cuando el marido y la mujer no se mantienen sexualmente puros, incontaminados y apartados exclusivamente el uno para el otro. El sexo fuera de los límites del matrimonio está prohibido. Algunos ejemplos son el sexo antes del matrimonio, el adulterio, el comportamiento homosexual, la prostitución y la pornografía.
El divorcio es otro elemento que empaña el plan de Dios para el matrimonio. Jesús desafió la actitud displicente que muchos rabinos de Su época tenían hacia el divorcio (Mateo 19:1-12). Cristo respaldó el concepto bíblico del matrimonio como un compromiso para toda la vida (Marcos 10:6-9; ver también Génesis 1:27; 2:24; Malaquías 2:15-16; Efesios 5:31). Sin embargo, debido a la debilidad humana y al pecado, las Escrituras permiten el divorcio, pero solo como último recurso (Mateo 19:8-9; cf. 1 Corintios 7:10-15).
Históricamente, el matrimonio también ha sido deshonrado por algunos grupos ascéticos extremos que lo prohíben (1 Timoteo 4:1-5; ver también 1 Corintios 7:1). Dichos grupos enseñan que todo lo que concierne a la carne es corrupto o malo; por tanto, los adeptos deben practicar una rigurosa abnegación de los placeres y necesidades físicas.
Un peligro reciente para mantener la honorabilidad del matrimonio es el intento de redefinición de la institución por parte de la sociedad. Los tribunales de todo el mundo están legalizando uniones que ya no reflejan la imagen de Dios ni Su propósito en el matrimonio. A medida que las mentes de las personas se "dejan gobernar por la carne", se vuelven "hostiles a Dios" y dejan de "someterse a la ley de Dios" (Romanos 8:7). Hoy en día, los matrimonios entre personas del mismo sexo son legalmente vinculantes en al menos quince naciones. En lugar de mantener el matrimonio honorable entre todos, la humanidad lo ha corrompido aún más respecto al diseño original de Dios.
