Pregunta: ¿A qué misterio de Dios se refiere la Biblia?
Respuesta:
La Biblia nos dice que el misterio de Dios es Jesucristo: "Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento" (Colosenses 2:2-3).
En el Nuevo Testamento, un "misterio" es algo que había estado oculto, pero que ahora se revela al pueblo de Dios. Jesús habló del "misterio del reino de Dios" (Marcos 4:11) que estaba revelando a Sus discípulos. El apóstol Pablo utilizó la palabra misterio 21 veces en sus epístolas. En cada caso, el "misterio" implicaba una maravillosa declaración de verdad espiritual, revelada por Dios mediante inspiración divina. Un misterio es aquello "que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu" (Efesios 3:5).
El misterio de la voluntad de Dios es lo "que se propuso en Cristo, con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra" (Efesios 1:9-10, NBLA; cf. 1 Corintios 2:7; Apocalipsis 10:7). El misterio de Dios es la consumación del plan divino de llevar a cabo Su reino en Cristo. El reino había estado profetizado durante mucho tiempo, pero el cómo, el cuándo y el por quién no estuvo claro hasta la época de Cristo. Es en Cristo donde Dios se ha manifestado a toda la humanidad. Como Jesús dijo: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9).
Pablo dijo que había sido enviado a predicar "la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos" (Colosenses 1:25-26). Es decir, a través de los apóstoles se nos ha dado la piedra angular de la Escritura; sus escritos, todos los cuales apuntan a Cristo, representan la revelación final de la Palabra de Dios a la humanidad.
No hay comprensión de Dios sin una relación personal con Su Hijo (Mateo 12:50; Juan 14:23; 2 Juan 1:6). Cristo es el "misterio" revelado a los creyentes, como lo es el misterio de "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (Colosenses 1:27). La clave para tener "todas las riquezas de pleno entendimiento" (Colosenses 2:2) es nacer de nuevo por el poder del Espíritu Santo. "El Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios" (1 Corintios 2:10).
Pablo nos dice que, "indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad". Luego registra lo que puede ser un himno primitivo de la iglesia: "Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria" (1 Timoteo 3:16). En ese breve párrafo, la Biblia revela el corazón del Evangelio, el misterio de la "piedad". El secreto de ser piadoso estaba oculto, pero ahora se revela. El misterio se da a conocer a los que creen en Cristo (1 Corintios 2:7-14; Colosenses 1:27). Llegamos a aprender que por nuestra propia voluntad no podemos agradar a Dios; debemos depender de Cristo (2 Corintios 3:5). Como hombre, Jesús vivió una vida perfecta (2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15; Hebreos 7:21), por lo que es un ejemplo perfecto de cómo vivir. Como Dios, Jesús nos da el poder de hacer lo que es correcto. Es posible vivir una vida piadosa gracias al poder de Cristo (Filipenses 4:13).
Dios ha revelado Su Palabra completa a Sus santos (Colosenses 1:26) que han "oído y aprendido" el Evangelio (Juan 6:45; cf. Romanos 10:17 y Juan 3:16-18), y son ellos los únicos que descifran "as riquezas de la gloria de este misterio" (Colosenses 1:27). En su sentido más pleno, el "misterio de Dios" es el plan divino de salvación por medio de Jesús. Nunca habríamos podido comprender el camino hacia la vida eterna sin la venida de Jesús, Su muerte y Su resurrección.