Respuesta:
En resumen, la muerte eterna es el destino que le espera a todas las personas que finalmente rechazan a Dios, rechazan el evangelio de Su Hijo, Jesucristo, y permanecen en su pecado y desobediencia. La muerte física es una experiencia que ocurre una sola vez. Por otro lado, la muerte eterna, es para siempre. Es una muerte que continúa por la eternidad, una muerte espiritual que se experimenta de continuamente. Así como la vida espiritual, por gracia a través de la fe en Cristo (Efesios 2:8-9), es vida eterna, la muerte eterna no tiene fin.
La pregunta más importante que debemos responder es "¿Acaso la Biblia enseña la doctrina de la muerte eterna?" Si la Biblia no enseña la muerte eterna, entonces podemos irnos a casa porque no hay más debate sobre el tema. La Palabra de Dios, la Biblia, es la norma infalible de fe y práctica, y como tal debemos creer y enseñar solo lo que enseña claramente, y la Biblia enseña con claridad la doctrina de la muerte eterna. Podemos citar varios pasajes que afirman esto de manera explícita, pero para nuestros propósitos, solo necesitaremos tres, uno del Antiguo Testamento y dos del Nuevo.
• Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. (Daniel 12:2)
• E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. (Mateo 25:46)
• Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. (Apocalipsis 20:15). En el versículo 10, se nos dice que el Lago de Fuego arde "por los siglos de los siglos".
Estos tres pasajes (y se podrían haber añadido más) tienen como contexto principal la escena del juicio final. En otras palabras, cuando Cristo regrese, ocurrirán tres cosas: 1) La resurrección general de los "vivos y los muertos"; 2) el juicio final; y 3) el inicio de la eternidad. Cada uno de estos pasajes demuestra que durante el juicio final de todas las personas, Jesús separará a los justos de los malvados. Los justos serán llevados al estado final de gloria, mientras que los malvados serán enviados al lago de fuego para el castigo y tormento eterno. Notemos también (particularmente en los pasajes de Daniel y Mateo) que el mismo adjetivo ("eterno" o "perpetuo") se usa para modificar tanto "vida" como "castigo". Lo que es verdad sobre de uno (vida) debe ser verdad sobre el otro (castigo), que ambos son eternos y duran para siempre.
La doctrina de la muerte eterna no es una doctrina popular para enseñar o proclamar. Hacerlo puede exponernos al desprecio y al ridículo. Sin embargo, no debemos dejar que eso nos distraiga de lo que la Biblia enseña tan claramente; esto es, que a causa de haber nacido en delitos y pecados, estamos bajo la justa condenación de Dios por nuestro pecado. Si no aceptamos el mensaje salvador de Jesucristo, pereceremos en nuestros delitos y pecados y estaremos bajo el justo juicio de Dios por nuestro pecado: la muerte eterna. Esta es una doctrina que nos hace reflexionar y necesita del mayor cuidado y compasión a la hora de presentarla.
