Pregunta: ¿Qué dice la Biblia sobre ser una mujer piadosa?
Respuesta:
La Biblia tiene mucho que decir sobre la piedad, tanto para hombres como para mujeres. La mayoría de las referencias a la piedad no diferencian entre los atributos de un hombre piadoso y una mujer piadosa. Tanto los hombres como las mujeres, si pertenecen a Cristo por fe, han experimentado una tristeza piadosa que "produce arrepentimiento para salvación" (2 Corintios 7:10). Sin el don de la salvación por gracia mediante la fe, ningún hombre o mujer puede ser verdaderamente piadoso. La palabra piadoso en la Biblia significa "santo". Ahora bien, la piedad y la santidad solo se alcanzan cuando somos hechos nuevas creaciones en Cristo (2 Corintios 5:17). El Espíritu Santo habita en los cristianos nacidos de nuevo y produce la piedad en nosotros a medida que nos santifica y nos moldea a la imagen de Cristo. Por Su gracia podemos vivir "en este siglo sobria, justa y piadosamente" (Tito 2:12).
La piedad se manifiesta en nuestras vidas cuando controlamos nuestros apetitos y deseos. Vivimos en una cultura mundana y debemos resistir las influencias pecaminosas que nos rodean. Una manera en que una mujer piadosa se distingue del mundo es por su dominio propio. Ella practica la moderación y no da rienda suelta a emociones, actitudes, palabras y apetitos desinhibidos.
La mujer piadosa controla sus pensamientos, llevándolos cautivos y haciéndolos obedientes a Cristo (2 Corintios 10:5). Ella controla sus emociones y no permite que la controlen. Controla sus apetitos y no muestra una pasión desenfrenada por la comida y la bebida. También controla su lengua, que según Santiago es como "un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno" (Santiago 3:6). El lenguaje de una mujer piadosa es uno que edifica y anima en lugar de destruir con chismes ociosos. La mujer piadosa tampoco permite que salga de su boca blasfemia ni "palabra corrompida" (Efesios 4:29).
La Escritura dice que una mujer piadosa se viste modestamente y se adorna con "buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad" (1 Timoteo 2:9-10). Las mujeres cristianas deberían ser capaces de ver la vanidad inherente a los encantos de un mundo "bajo el control del maligno" (1 Juan 5:19). Una mujer piadosa no se deja engañar por las mentiras que tratan de convencerla de que el atractivo, el valor personal y la satisfacción se encuentran en la belleza física externa. Los afectos de la mujer piadosa están fijos en Cristo, su Salvador, y hace todo lo posible por seguir Su ejemplo de buenas obras. Ella tiene un enfoque celestial, y busca adornarse con la piedad, no con la mundanalidad.
Ser una mujer piadosa implica vivir "pura y respetuosa" (1 Pedro 3:2, NVI). La mujer piadosa sabe que su belleza no es "el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos" (versículo 3). Más bien, se centra en lo "interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios" (versículos 4-5). Pedro habla de la relación entre una mujer piadosa y su marido, y cita a Sara como ejemplo a imitar: "estando sujetas a sus maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza" (versículos 5-6).
La mujer piadosa se entrena para resistir las tentaciones del mundo mientras practica la piedad. Como un atleta que utiliza la repetición para llegar a ser competente en su deporte, la mujer piadosa llena continuamente su mente con las verdades de las Escrituras. Además, ella apela regularmente al Espíritu para que la ayude a entrenar sus pensamientos, actitudes, palabras y deseos para que reflejen los de su amado Señor. "Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera" (1 Timoteo 4:8).
La mujer piadosa tiene una "fe no fingida" como Eunice y Loida (2 Timoteo 1:5). Es bondadosa, como Rut (Rut 1:8). Vive con rectitud, como Elisabet (Lucas 1:5-6). Es de "carácter noble" y trata de seguir el ejemplo de la mujer virtuosa de Proverbios 31:10-31. Muestra sensatez, generosidad y prudencia, como Abigail (1 Samuel 25).
