Respuesta:
Como otros aspectos del "movimiento de oración", tal como la oración de la inmersión, la oración profética — o intercesión profética — es una práctica antibíblica que pretende atribuir al peticionario poder y privilegio que no tienen fundamento en las Escrituras.
Los practicantes de la oración profética creen que están orando las mismas palabras de Dios en el mundo. Este tipo de oración es realizado por los autodenominados "profetas" que creen que pueden dar mensajes directamente desde la sala del trono de Dios, por lo tanto, actúan como conductos para la Palabra de Dios, así haciendo sus oraciones "proféticas". Pero la Biblia nos dice que está cerrado el canon de las Escrituras (Apocalipsis 22:18). Esto significa que Dios no está dando nueva revelación a llamados profetas hoy en día. Él ha hablado a través de Su Palabra, y nuestro trabajo es "contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Judas 1:3). No debemos buscar más revelaciones de Dios.
La oración profética se describe generalmente como el acto de mandar "la visión profética" de Dios a cumplirse en la tierra, con el resultado de que se cumpla la voluntad de Dios. La oración profética se enseña en algunos ministerios carismáticos como medio de llevar el juicio de Dios sobre la tierra y anunciar el Reino de Dios. La oración profética está dirigida a las personas, para que cumplan su “propósito profético" (su servicio en el plan de Dios), y al mundo en general, para que los deseos de Dios puedan lograrse en la tierra. Pero la oración de Jesús en Mateo 6 nos enseña a someternos a la voluntad de Dios; no enseña que poseemos poderes especiales para actualizar la voluntad de Dios. El plan de Dios vendrá según Su horario exacto, que no ha compartido con nosotros (Mateo 24:36; 25:13; Marcos 13:32; Lucas 12:37-47). Exigir que Su juicio caiga y Su reino venga a la voluntad del "profeta" es arrogante — y posiblemente blasfemia. El Señor es el único que llevará a cabo toda Su voluntad: "Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré" (Isaías 46:11).
La oración profética asume la existencia de profetas modernos, hombres y mujeres que son voceros de Dios en el mundo y que pueden pronunciar la revelación divina con toda la autoridad de Dios mismo. Cuando alguien se dedica a la oración profética, no está pidiendo que la voluntad de Dios sea hecha; él está mandando que la voluntad de Dios se haga, y cree que — tal como la lluvia cayó cuando Elías oró — él debe ser obedecido.
Aquellos que enseñan la oración profética señalan a la oración modelo de Jesús, que incluye las palabras "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Mateo 6:10). Este versículo, dicen, enseña que debemos exigir la voluntad de Dios en el mundo que nos rodea. Al hablar un profeta moderno la Palabra de Dios "en la tierra" o "en la atmósfera", cree que él cambia su ambiente para cumplir con el mandato de Dios y prepara el camino para el propósito de Dios. Los que oran proféticamente creen no sólo que predicen lo que sucederá; ¡ellos creen que realmente crean lo predicho! La oración profética cree que en realidad traen a la existencia su propia respuesta. Pero la Biblia declara que Dios decide cuándo, dónde y cómo Él actuará. Debemos orar que Él actúe conforme a Su perfecta voluntad y en Su tiempo, no según los nuestros.
Aquellos que enseñan la oración profética también creen que Dios usa profetas para dar respuestas a las oraciones de otras personas. Si alguien está buscando una respuesta a la oración, Dios puede instar un profeta a orar proféticamente, así que la oración de la otra persona será respondida. Pero la Biblia enseña que la respuesta a nuestras oraciones no es dependiente de cualquier "profeta" en este mundo. Hay solamente un mediador entre Dios y el hombre, el cual es Jesucristo (1 Timoteo 2:5). ¿Es bíblica la oración profética? No.