GotQuestions.org/Espanol




Pregunta: ¿Qué significa "os he puesto delante la vida y la muerte" en Deuteronomio 30:19?

Respuesta:
Dios pone la vida y la muerte ante Su pueblo, Israel, en las fronteras de la Tierra Prometida. Como todas las personas, los hijos de Israel tenían una elección: podían obedecer a Dios o desobedecerle. Una elección conduciría a la vida, y la otra a la muerte.

El Deuteronomio es el discurso de despedida de Moisés al pueblo de Israel al final de su vida. El pueblo llevaba aproximadamente 40 años "deambulando" por el desierto, mientras se extinguía la generación de israelitas incrédulos que se había negado a entrar en la tierra (ver Números 14). Los únicos que sobrevivieron tenían menos de 20 años en el momento de la negativa de Israel, y hay muchos otros israelitas que nacieron durante los años posteriores, por lo que no habían presenciado personalmente las plagas de Egipto, la división del Mar Rojo ni la espectacular exhibición del poder y la gloria de Dios en la entrega de la Ley. Moisés les recuerda estas cosas y lo que Dios espera de ellos.

En Deuteronomio 28, Moisés describe las bendiciones por la obediencia y las maldiciones por la desobediencia. En los capítulos 29 y 30, advierte al pueblo de lo que le ocurrirá si abandona su pacto con el Señor, pero también le promete que, cuando lo haga, podrá ser perdonado si vuelve a Él arrepentido. En Deuteronomio 30, Moisés promete lo siguiente: cuando se arrepientan, "El Señor tu Dios pondrá todas estas maldiciones sobre los enemigos y sobre los aborrecedores que te persiguieron. Y tú volverás a escuchar la voz del Señor, y guardarás todos Sus mandamientos que yo te ordeno hoy. Entonces el Señor tu Dios te hará prosperar abundantemente en toda la obra de tu mano, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu tierra, pues el Señor de nuevo se deleitará en ti para bien, tal como se deleitó en tus padres, si obedeces a la voz del Señor tu Dios, guardando Sus mandamientos y Sus estatutos que están escritos en este libro de la ley, y si te vuelves al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma" (versículos 7-10, NBLA).

A continuación, Moisés pide al pueblo que renueve el pacto y se comprometa personalmente a seguir al Señor. En este contexto dice: "Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es muy difícil para ti, ni está fuera de tu alcance. No está en el cielo, para que digas: "¿Quién subirá por nosotros al cielo para traérnoslo y hacérnoslo oír a fin de que lo guardemos?". Ni está más allá del mar, para que digas: "¿Quién cruzará el mar por nosotros para traérnoslo y para hacérnoslo oír, a fin de que lo guardemos?". Pues la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes. Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Hoy te ordeno amar al Señor tu Dios, andar en Sus caminos y guardar Sus mandamientos, Sus estatutos y Sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y los sirves, Yo les declaro hoy que ciertamente perecerán. No prolongarán sus días en la tierra adonde tú vas, cruzando el Jordán para entrar en ella y poseerla" (Deuteronomio 30:11 - 18, NBLA).

En pocas palabras, si Israel obedece y sigue al Señor, tendrá vida y bendición. Si desobedece y le abandona, experimentará la muerte y la destrucción. Dios puso ante Su pueblo una elección: la vida o la muerte, basada en las condiciones del Antiguo Pacto. Vemos las consecuencias de la muerte y la destrucción en el resto del Antiguo Testamento, con muy pocos momentos de esperanza.

Aunque las condiciones del Antiguo Pacto eran específicamente para Israel en la Tierra Prometida y no se aplican a toda la humanidad actual, la elección sigue siendo prácticamente la misma. Dios sigue poniendo ante nosotros la vida y la muerte. Romanos 6:23 nos dice que "la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro". Los que aceptan a Cristo por la fe experimentarán la vida eterna y la bendición, mientras que los que le rechazan experimentarán la muerte eterna y la destrucción (Juan 3:18). Hay una elección clara con consecuencias eternas.

© Copyright Got Questions Ministries