Pregunta: ¿Por qué la inmoralidad sexual se describe como pecado contra tu propio cuerpo (1 Corintios 6:18)?
Respuesta:
Pablo dice a los corintios: "Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca" (1 Corintios 6:18). Al decir que la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo, Pablo puede haberse referido a una creencia común entre los griegos de la época que afirmaba que el cuerpo físico no era importante. De hecho, muchos creían que el cuerpo era malo y a menudo lo describían como una tumba o un peso que el alma se veía obligada a cargar. Esta idea llevó a algunos en la iglesia de Corinto a tomar la libertad cristiana más allá de lo apropiado. ¿Por qué importa la inmoralidad sexual-es sólo un acto físico que sólo involucra al cuerpo, verdad? Pablo dice: "Error".
Al confrontar el tema de la inmoralidad sexual, Pablo construye un argumento que comienza en 1 Corintios 6:12. Primero establece la idea de que la legalidad de algo no es la única preocupación. Uno debe preguntarse no sólo: "¿Es esto permisible para mí?", sino: "¿Es esto beneficioso para mí y para los demás?". Otra pregunta es "¿esta libertad acabará por dominarme, conduciéndome a un punto de esclavitud y adicción?".
Después, en 1 Corintios 6:13, Pablo aborda la opinión de los corintios sobre el cuerpo. Sus lectores acostumbraban a decir: "Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas"; es decir, "Tengo apetito, y no está mal satisfacerlo". Pablo responde diciendo que tanto el apetito como la comida un día serán destruidos. Luego contrasta esto con la inmoralidad sexual. El cuerpo no fue diseñado para la inmoralidad de la misma manera que el estómago fue diseñado para la comida. El sexo es más que un deseo que hay que satisfacer; la comida no contamina a la persona, pero la inmoralidad sí.
Pablo continúa argumentando contra la inmoralidad sexual al señalar la resurrección. El cuerpo resucitará con el mismo poder que "resucitó al Señor de entre los muertos" (1 Corintios 6:14). Así pues, el cuerpo es importante, y Dios sigue teniendo un plan para el cuerpo. No es una maldad en la que el alma esté atrapada, sino que forma parte de la constitución de la humanidad que Dios se propone redimir. Tanto el cuerpo como el alma se preservarán inmortales. Así que, aunque la inmoralidad sexual involucrara sólo al cuerpo, el cuerpo es importante y está destinado a glorificar al Señor.
Más allá de esto, el cuerpo del cristiano está unido a Cristo a través de una unión espiritual (1 Corintios 6:15). Lo que los cristianos hacen con sus cuerpos repercute en Cristo. Así como el creyente está unido a Cristo, un cristiano que comete inmoralidad sexual (específicamente, en este contexto, tener sexo con una prostituta) une el cuerpo de Cristo con una prostituta. Pablo reacciona a esto de la forma más negativa posible en el idioma griego, traducido: "De ningún modo" (1 Corintios 6:15).
Debido a la naturaleza de la inmoralidad sexual que va contra el cuerpo, Pablo implora a los corintios que "huyan de la fornicación" (1 Corintios 6:18). La inmoralidad sexual es el único pecado que une a dos personas en una sola carne (versículo 16). Es un pecado que corrompe y atrapa como ningún otro, y por lo general provoca enfermedades físicas. Por estas razones, Pablo concluye que la inmoralidad sexual es un pecado que se comete contra el propio cuerpo.
El cuerpo es del Señor y debe usarse para Su gloria. La inmoralidad sexual es de particular importancia porque es pecar contra el propio cuerpo. El Señor ha comprado el cuerpo del creyente a un alto precio y hay que tratarlo de esa manera, así que huye de la inmoralidad sexual. José es un buen ejemplo de lo que significa huir de la inmoralidad sexual (Génesis 39:12).