Respuesta:
El término perennialismo se aplica a veces a la educación o a la filosofía de la religión. Ambos usos están relacionados, pero no son idénticos. En ambos contextos, el perennialismo se refiere a algo duradero y universal. En educación, significa centrarse en principios amplios, valorados colectivamente, y en temas importantes, más que en hechos concretos o intereses limitados. En la espiritualidad, sugiere que todas las ideas religiosas comparten una verdad común. Este enfoque de la religión suele denominarse filosofía perenne.
El pluralismo religioso suele tener dos enfoques distintos. El primero supone que cada religión tiene una mezcla de componentes verdaderos y falsos; esas ideas individuales, no las religiones en sí, pueden ser correctas o incorrectas. El otro sugiere que cada religión tiene una visión general que es verdadera, pero limitada. Este segundo punto de vista se ejemplifica con la analogía de varios ciegos que describen un elefante mediante el tacto, cada uno de los cuales compara al animal con un árbol, una cuerda, una serpiente o una lanza, dependiendo de dónde toque al animal. En esta analogía, la experiencia de cada hombre es verdadera, pero incompleta.
Otra forma de pluralismo religioso es la sugerencia de que todas las visiones espirituales comparten una verdad central; por tanto, las diferencias entre religiones se deben a perspectivas borrosas. Este "perennialismo" implica un único punto de partida a partir del cual han crecido todas las creencias espirituales y sugiere que cada religión es simplemente una adaptación a una cultura o persona concreta de verdades universales y eternas. Por supuesto, este planteamiento se derrumba cuando uno se da cuenta de que aspectos necesarios de las distintas religiones crean contradicciones irreconciliables entre sí.
Aldous Huxley, que escribió a mediados del siglo XX, explicó este concepto en su libro La filosofía perenne. Las adaptaciones modernas de las creencias de la Nueva Era y las expresiones recientes del sincretismo tienen sus raíces en el perennialismo. Mirando hacia atrás, en la historia, se pueden ver ideas estrechamente relacionadas en la Teosofía y el Neoplatonismo. Como cabría esperar, la filosofía perenne hace mucho hincapié en la experiencia personal por encima de las ideas objetivas. "Todos los caminos conducen a Dios" no es una señal segura de pensamiento perennialista, pero el perennialismo casi siempre incluye una versión imprecisa de ese sentimiento.
En su sentido más amplio, algunos aspectos del perennialismo son ciertos. Una cosmovisión bíblica está de acuerdo en que las creencias religiosas divergentes provienen de malentendidos sobre verdades universalmente aplicables. Es decir, la Biblia enseña que la mayor parte de la humanidad se ha alejado de una comprensión exacta de Dios (Romanos 1:18-23; Hebreos 2:1). Al igual que el perennialismo, el cristianismo bíblico resume la historia de la religión como una serie de ramas que parten de un punto de partida universal (Isaías 53:6; Judas 1:3-4). La Palabra de Dios respalda la idea de abordar ciertos desacuerdos con tolerancia (Romanos 14:1-10).
Sin embargo, el perennialismo sugiere que la mayoría de los desacuerdos entre religiones son irrelevantes o carecen de importancia, mientras que la Biblia indica que algunas cuestiones son de importancia eterna (Juan 3:36; 14:6). La Palabra de Dios indica que las verdades eternas no han cambiado, ni se han perdido. Las Escrituras dicen que el bien contra el mal, lo correcto contra lo incorrecto y la verdad contra la mentira son distinciones significativas y objetivas (Isaías 5:20; Romanos 12:9; Hebreos 5:14; Apocalipsis 20:11-12). Ni el perennialismo ni la Filosofía Perenne son bíblicos ni compatibles con la verdad cristiana.