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Pregunta: ¿Qué significa que Dios pondrá a tus enemigos por estrado de tus pies (Salmo 110:1, NBLA)?

Respuesta:
El Salmo 110:1 (NBLA) dice: "Salmo de David. Dice el Señor a mi Señor: "Siéntate a Mi diestra, hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies". Pero, ¿quién es ese "Señor" al que se dirige el Señor? ¿Se refiere a nosotros?

Los versículos deben leerse en su contexto. El Salmo 110:1 nos dice que este salmo fue escrito por David. En él, David describe las acciones del "Señor", que es como traducimos el nombre hebreo de Dios, YHWH, al español. YHWH, o Yavé, le habla entonces a "mi señor" (hebreo Adonai), diciéndole a esta persona, a este Adonai, que se siente a Su diestra. Esta misma persona tiene un gobierno mundial (Salmo 110:6) y es llamada "sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec" (versículo 4).

David dice que Yavé le dice a este rey y sacerdote, a quien David llama "mi señor" que se siente a Su diestra. Es importante notar que el Señor no le dice a David que se siente a Su diestra; este lugar está reservado para otro.

Esta persona, que no es David, es alguien a quien David como rey sigue considerando "Adonai", una expresión de honor para alguien más notable que el que habla. ¿Quién, además de Yavé, sería más notable que el rey?

Jesús reclama este título para sí. El Nuevo Testamento recoge las referencias de Jesús a este pasaje en múltiples lugares (Mateo 22:44; Marcos 12:35-37; Lucas 20:42-43). En cada pasaje, Jesús demuestra que el Mesías, el Cristo, es el Señor de David y el que se sentará a la diestra de Yavé.

El Señor Dios Todopoderoso, entonces, pondrá a todos los enemigos de Jesús bajo los pies de Jesús. Hebreos 1, al establecer la superioridad de Jesús sobre los ángeles, dice: "Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?" (Hebreos 1:13).

El Salmo 110 predice la victoria de Jesucristo sobre todos Sus enemigos y la gloria que recibirá. El apóstol Juan vislumbró esta victoria y escribió: "Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas...Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS...De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso" (Apocalipsis 19:11-15).

Cualquier victoria que alcancemos y cualquier gloria que compartamos será el resultado de estar en Cristo.

Puesto que la promesa del Salmo 110 no es para nosotros, debemos analizar cómo debemos relacionarnos como creyentes con nuestros enemigos:

En Lucas 6:27-28, Jesús dice: "Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian".

Romanos 12:19 dice: "No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor".

Se nos ha prometido vencer, por la fe (1 Juan 5:4). El castigo de nuestros enemigos vendrá en el tiempo de Dios y a la manera de Dios. Todo aquel que peca, en última instancia, está pecando contra Dios, y los enemigos de Dios serán puestos bajo los pies de Jesús.

Los hijos de Coré sabían de dónde venía su victoria:

"Tú, oh Dios, eres mi rey;

Manda salvación a Jacob.

Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos;

En tu nombre hollaremos a nuestros adversarios.

Porque no confiaré en mi arco,

Ni mi espada me salvará;

Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos,

Y has avergonzado a los que nos aborrecían.

En Dios nos gloriaremos todo el tiempo,

Y para siempre alabaremos tu nombre" (Salmo 44:4-8).

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