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Pregunta: "¿Por qué Dios eligió a María?"

Respuesta:
"En el sexto mes de embarazo de Elisabet, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, a una virgen llamada María" (Lucas 1:26-27). Estas palabras son familiares para la mayoría de nosotros como parte de lo que llamamos la historia de la Navidad. Gabriel trajo a María la noticia de que había "hallado gracia delante de Dios" y que daría a luz a un hijo que reinaría para siempre en el trono de David (Lucas 1:30-33). En los pasajes que se entrelazan como un tapiz, descubrimos que Dios tenía razones para elegir los tiempos, los lugares y las personas involucradas en Su plan de redención (Efesios 1:9-11). Este artículo explorará algunas de las razones por las que Dios eligió a María para ser la madre del Mesías.

1. María era del linaje correcto. Lucas traza el linaje de María a través de David, Booz, Judá, Jacob, Isaac y Jacob. Su hijo estaría calificado para llevar el título de Hijo de David y ser el "Renuevo" justo que habría de venir de la familia de David (Isaías 11:1).

2. María estaba comprometida con un hombre cuya herencia le obligaría a visitar Belén en el momento oportuno. Miqueas 5:2 predijo el lugar de nacimiento del Mesías, indicando Belén en Judá. Puede que muchas vírgenes hubieran tenido el favor de Dios y que descendieran de la línea del rey David, pero no muchas estarían también en la modesta ciudad de Belén cuando llegara el momento del nacimiento del Mesías.

3. María era virgen. Era fundamental que la madre del Mesías fuera virgen para que se cumpliera la profecía de Isaías 7:14: "He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel". Mateo recordó a sus lectores esa profecía, la cual era crucial para verificar la identidad de Jesús (Mateo 1:23). Ella no podía estar casada, pues de lo contrario el mundo asumiría que Jesús tenía un padre terrenal. No podía tener mala reputación, o nadie habría creído su historia sobre un nacimiento virginal, ni siquiera su propia familia. El nacimiento virginal, al prescindir de un padre físico, eludió la transmisión de la naturaleza pecaminosa y permitió que el Mesías fuera un hombre sin pecado.

4. María era de Nazaret. Las profecías dadas cientos de años antes del nacimiento de Jesús declararon que el Mesías sería de poca reputación (Isaías 53; Zacarías 9:9; cf. Mateo 2:23). Que le llamaran nazareno o galileo era una especie de insulto en aquella época (ver Juan 1:46). Si María hubiera sido rica, tuviera prestigio social o fuera de una ciudad próspera, Jesús no habría podido conectar fácilmente con la gente humilde, a la que había venido a salvar (Lucas 19:10; Marcos 2:17). Sin embargo, al ser de Nazaret, la ciudad natal de María, se cumplió la humildad y la sencillez que se había profetizado sobre Él.

Puede que Dios tuviera más razones para elegir a María de Nazaret, pero tendremos que esperar hasta llegar al cielo para averiguar cuáles son. María fue sólo una persona que Dios utilizó para Sus propósitos. Por causa de ciertos malentendidos sobre María, es importante señalar que no fue elegida porque fuera más santa que otras personas. El hecho de que el ángel se dirija a ella como "muy favorecida" y "bendita" (Lucas 1:28) es una referencia a la peculiaridad de la tarea que tenía pendiente, y no a ningún nivel de piedad que hubiera alcanzado. Sin duda, María era una mujer piadosa, pero eso no es lo importante. El énfasis de Gabriel estaba en el privilegio de ella, no en su devoción. Ella había "hallado el favor de Dios" (versículo 30), no obstante, eso dice más de la bondad de Dios que de la de María. Ella recibió la gracia de Dios, Su favor inmerecido.

María nos da un ejemplo de devoción total al Señor con su respuesta al ángel Gabriel: "He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra" (Lucas 1:38). Que tengamos la sabiduría y la gracia de responder al llamado de Dios, sea cual sea, como lo hizo María.

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