Respuesta:
El pos-teísmo es una palabra utilizada por los filósofos para describir una sociedad que ya no cree en Dios. El pos-teísmo ve la creencia en Dios como una etapa del desarrollo humano, pero cuando la humanidad haya evolucionado hasta el punto en que ya no necesitemos la creencia religiosa, podremos y deberemos desechar el teísmo y abrazar el pos-teísmo. En una sociedad pos-teísta, el Dios de la Biblia se consideraría al mismo nivel que los antiguos dioses mitológicos.
Los pos-teístas ven el teísmo como algo obsoleto, como la mayoría de la gente ve la teoría de la Tierra plana. Incluso en las sociedades avanzadas, todavía hay algunas personas que creen que la Tierra es plana, pero las clasificamos como marginales. Cuando una sociedad trata a sus teístas como nosotros tratamos a los que creen en la Tierra plana, entonces es pos-teísta.
La palabra pos-teísmo existe desde hace 100 años, y muchas personas han afirmado que la sociedad ya es pos-teísta, o al menos han soñado con que pronto lo sería. En los últimos años, algunos pastores han admitido ser ateos, pero mantienen su posición en el liderazgo de la iglesia, hablando y escribiendo sobre lo que ellos ven como la "iglesia pos-teísta"—un oxímoron, si es que alguna vez hubo uno.
Algunos países son más ateos que otros, debido a la voluntad del gobierno, pero probablemente no exista ninguna sociedad que pueda considerarse verdaderamente pos-teísta. Incluso en países con ateísmo patrocinado por el Estado, como Corea del Norte y Vietnam, la actividad cristiana (tanto abierta como encubierta) está aumentando. Dondequiera que haya gente, Dios llegará a ella.
De hecho, el cristianismo tiende a crecer cuando es perseguido. Por desgracia, también suele ocurrir lo contrario. El cristianismo tiende a ser menos vital bajo la libertad. Así, en países libres como Canadá, Estados Unidos y los de Europa, nos dirigimos hacia el pos-teísmo, aunque eso no significa que necesariamente lleguemos allí.
¿Por qué utilizar el término pos-teísmo cuando ya tenemos términos como ateísmo, no-teísmo y antiteísmo? Esos términos no cumplen su función. Cada uno falla por ser solo la mitad de un pensamiento—son mitades de conceptos binarios.
Tomemos el término ateísmo, por ejemplo. Para que la palabra ateísmo tenga sentido, primero debe existir la palabra teísmo. Solo entonces podemos añadir el prefijo a- para convertirla en su opuesto lógico. Así pues, el teísmo (la creencia en Dios) no se puede convertir en ateísmo (la falta de creencia en Dios), excepto cuando ya tenemos la noción de un dios que negar. Lo mismo ocurre con los términos no-teísmo y antiteísmo.
La gente utiliza palabras como ateísmo para hablar en contra de Dios, pero no pueden hacerlo sin demostrar que la idea de Dios surgió primero y que está en todas partes. El término pos-teísmo esquiva ese problema porque es independiente como palabra y como concepto. Con el pos-teísmo se puede hablar de un mundo en el que no se cree en Dios, sin hacer una referencia semántica a Dios. El pos-teísmo relega a Dios a la historia sin darle valor etimológico.
Hay una diferencia entre elegir no creer en Dios (ateísmo frente a teísmo) y encogerse de hombros ante el concepto mismo de Dios como anticuado y superfluo. Esta última es la esperanza de muchos no teístas: crear un mundo pos-teísta en el que Dios ni siquiera esté en discusión.
El pos-teísmo es la quimera de "pensadores de élite" como Karl Marx y Federico Nietzsche. Los intentos de obligar a la gente al pos-teísmo por decreto gubernamental han fracasado. Si el verdadero pos-teísmo llega a saturar una sociedad, lo hará por la vía del agotamiento, no por la fuerza del gobierno ni por la opinión filosófica.