Pregunta: ¿Qué es la predicación del infierno? ¿Es bíblica la predicación del infierno?
Respuesta:
El término "predicación del infierno" no aparece en la Biblia, aunque los conceptos de los fuegos del infierno y la necesidad de predicar ciertamente sí existen. La predicación del infierno significa diferentes cosas para diferentes personas y evoca diferentes imágenes, en su mayoría negativas. Los que utilizan la "predicación del fuego del infierno" como un término despectivo suelen sentir repulsión ante la mera mención del infierno, y prefieren imaginar a un Dios cuyo gran amor por la humanidad simplemente le impide enviar a la gente al infierno o incluso permitir que vayan al infierno, a pesar de sus mejores esfuerzos por hacerlo. En el otro extremo están quienes ven a un Dios perpetuamente airado, iracundo y vengativo que condena a la gente al infierno por el puro placer que obtiene de ello. Ambas visiones del carácter de Dios y del infierno son bíblicamente insostenibles.
Aunque los verdaderos predicadores de la Palabra de Dios siempre han incluido la realidad del infierno en sus mensajes, la predicación del infierno ha llegado a asociarse con los predicadores de los siglos XVIII y XIX en Europa y América. La imagen de los predicadores puritanos es a menudo uno de terroristas teológicos de barbas negras que golpean sus púlpitos y amenazan continuamente a sus congregaciones con el ardor eterno. Quizás el epítome de la imagen del predicador del infierno es Jonathan Edwards, cuyo sermón "Pecadores en las Manos de un Dios Airado" representó las realidades del infierno tan claramente que se decía que los oyentes podían oler el azufre ardiendo. Sin embargo, es justo decir que Edwards creía firmemente no solo en la temible realidad del infierno, sino en su deber como ministro de advertir a las personas de esa realidad. "Pecadores en las Manos de un Dios Airado", cuando se lee correctamente, tiene un claro énfasis en la misericordia de Dios. No es otra cosa que la misericordia de Dios lo que nos mantiene fuera del infierno, decía, y, por lo tanto, debemos pedir a Dios esa misericordia para la salvación.
¿Es bíblica la predicación sobre el infierno de fuego? Está claro que Jesús enseñó sobre el infierno, y lo hizo para advertir a la gente que no fuera allí. En las Escrituras se describe el infierno como un lugar muy desagradable del que no se puede escapar. El castigo de los malvados muertos en el infierno se describe en toda la Escritura como "fuego eterno" (Mateo 25:41), "fuego que nunca se apagará" (Mateo 3:12), "vergüenza y confusión perpetua" (Daniel 12:2), un lugar donde "el fuego nunca se apaga" (Marcos 9: 44-49), un lugar de "tormento" y "fuego" (Lucas 16:23-24), un lugar donde "el humo del tormento sube por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 14:10-11), y un "lago de fuego y azufre" donde los malvados son "atormentados día y noche por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 20:10). Sin duda, un Salvador amoroso y compasivo no podría describirse así si no nos advirtiera sobre el infierno. Pero Jesús es ciertamente amoroso y compasivo, y presentó las alegrías y la dicha del cielo, y fue claro sobre la única manera de alcanzarlas. "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6). El apóstol Pablo fue igualmente contundente sobre el destino de los que rechazaron el Evangelio de la salvación solo por Cristo. Están condenados a la "pena de eterna perdición" (2 Tesalonicenses 1:8-9).
¿Existe un lugar para la predicación del infierno hoy en día? No solo existe un lugar para enseñar sobre los fuegos del infierno y el único camino para escapar de ellos, sino que la verdadera predicación del evangelio de Cristo no está completa sin ella. Si los pastores y predicadores de hoy quieren ser consistentes con las Escrituras, predicar y advertir a sus rebaños sobre los fuegos del infierno, debe ser parte de su mensaje. Con demasiada frecuencia, se invita a la gente a venir a Cristo para que Él "arregle" sus vidas, mejore sus matrimonios o les proporcione salud, riqueza y prosperidad. Pero este no es el mensaje de la Biblia. Venimos a Cristo por el perdón del pecado, cuya sola presencia en nuestros corazones es un boleto seguro de ida al infierno. Un mensaje bíblico equilibrado consiste en la realidad del infierno, una advertencia para escapar de él, y la única manera de hacerlo: a través de la sangre derramada de Cristo en la cruz por nuestros pecados.
