Pregunta: ¿Qué significa que Noé era un predicador de la justicia (2 Pedro 2:5)?
Respuesta:
En su segunda epístola, Pedro proporciona varios ejemplos pasados del juicio de Dios, siendo uno de ellos el diluvio descrito en el libro del Génesis. Al referirse al diluvio, Pedro menciona a Noé como "predicador de la justicia" (2 Pedro 2:5 NVI).
La palabra griega para predicador se traduce mejor como "heraldo" y se refiere a un funcionario encargado de hacer proclamaciones públicas, especialmente las de carácter trascendente. Aunque no se nos da el contenido exacto de lo que Noé predicó a los que le rodeaban, aparte de la mención de la "justicia", podemos hacernos una idea examinando un par de pasajes bíblicos.
El mundo de Noé se describe así: "Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra" (Génesis 6:11-12). En Su gracia, Dios encargó a Noé que construyera un arca para preservarse a sí mismo y a su familia del inminente juicio por agua (versículo 14).
El largo tiempo (posiblemente 120 años; ver Génesis 6:3) que tardaron Noé y su familia en construir el arca le dio naturalmente la oportunidad de compartir con los que le rodeaban el motivo de su construcción. Libros apócrifos como Jubileos y obras como las Antigüedades judías contienen vagas menciones de la predicación de Noé, y una obra de la historia antigua—los Oráculos Sibilinos—describe la predicación de Noé de esta manera:
"Único entre todos los hombres, el más justo y verdadero,
fue el más fiel Noé, lleno de solicitud
Por las obras más nobles. Y a el Dios mismo
Desde el cielo le habló así: "Noé, ten buen ánimo
En ti mismo y a todo el pueblo predica
el arrepentimiento, para que todos se salven.
Pero si, con alma desvergonzada, no me hacen caso
destruiré por completo a toda la raza"" (Book I, lines 155–161 − Traducción propia).
La única porción de la Biblia que alude al tema de Noé es Hebreos 11:7: "Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe" (énfasis añadido).
Según 1 Pedro 3:19-20, fue el propio Jesús quien, en el Espíritu, predicó "a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca". Consideramos que esto significa que, cuando Noé predicó la justicia, lo hizo por el poder del Espíritu de Cristo: es decir, fue el mensaje de Cristo, entregado en el poder de Cristo, lo que Noé proclamó. Los hombres impíos de la época de Noé tuvieron la oportunidad de arrepentirse y salvarse, pues Cristo les predicó espiritualmente a través de Noé. Por desgracia, se rebelaron contra la verdad, rechazaron el arca y se ahogaron en el diluvio.
Además de las proclamaciones de Noé al mundo incrédulo de su época, estaba su "predicación sin palabras". En la construcción misma del arca, Noé dio testimonio de la justicia. Cada martillazo, cada golpe de clavo era un llamado al arrepentimiento y una declaración de que se acercaba el juicio.
Jesús llamó la atención sobre el hecho de que los contemporáneos de Noé ignoraran el mensaje que los hubiera salvado. Al mismo tiempo, el Señor nos advirtió de que no cometiéramos el mismo error: "Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos" (Lucas 17:26-27).
La razón de que Pedro haga referencia a Noé y a otros como él en su segunda epístola es que, si Dios no perdonó al mundo antiguo que rechazó las advertencias de Noé, ¿con cuánta menos razón se puede esperar que perdone a los que hoy rechazan Sus llamados al arrepentimiento?