Pregunta: "¿De qué manera trajo Jesús el gozo al mundo?"
Respuesta:
Jesús trajo gozo al mundo de maneras muy prácticas. Cada vez que sanaba a una persona, expulsaba un demonio o perdonaba un pecado, había gozo de inmediato. Los que reconocían a Jesús como el prometido Salvador y Redentor del mundo rebosaban de gozo (Juan 3:29). Cuando el evangelio se extendió en los días de la iglesia primitiva, el gozo acompañaba al mensaje (Hechos 8:8; 1 Tesalonicenses 1:6).
La humanidad anhela la esperanza, el sentido y el propósito. Dentro de cada corazón humano está el conocimiento de la eternidad, aunque no lo reconozcamos como tal (Eclesiastés 3:11). Si no tenemos a Dios como parte vital de nuestra existencia, lo único que queda es el vacío y la inutilidad. El mundo estaba perdido en las tinieblas antes de que Jesús viniera por primera vez. Dios no había hablado a través de sus profetas durante más de 400 años. El periodo entre Malaquías y Mateo es de silencio, preparando el escenario para el mayor acontecimiento de todos los tiempos: Dios se haría Hombre y viviría entre nosotros (Juan 1:14).
Cuando el ángel anunció el nacimiento de Jesús a los pastores en el campo, sus primeras palabras fueron: "No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo" (Lucas 2:10). Ese "gran gozo" era la verdad de que el Dios que parecía estar lejos había venido a ellos en carne humana. Se le iba a llamar "Emanuel", que significa "Dios con nosotros" (Isaías 9:6-7; Mateo 1:23). Los que le vieron, contemplaron el rostro de Dios (Juan 14:9). Había venido a rescatar, a salvar, a sanar y a reconciliar a la humanidad con Dios (Isaías 61:1; Lucas 4:17-21). ¡Eso era motivo de gran gozo!
Puesto que Jesús vino, los seres humanos pecadores tienen la oportunidad de llegar a la presencia de un Dios santo y ser declarados "inocentes" (2 Corintios 5:21). Cuando Jesús murió en la cruz, el velo del templo se rasgó en dos, simbolizando que el muro de separación entre Dios y el hombre había sido eliminado (Marcos 15:38). A partir de ese momento, todos los que pusieran su confianza en Cristo serían perdonados de sus pecados y heredarían la vida eterna (Juan 3:16-18). Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, venció la muerte para todos aquellos que confían en Él (1 Corintios 15:53-56). ¡Eso es motivo de gran gozo!
Jesús ascendió de nuevo al cielo para "preparar un lugar" para todos los que le siguen (Juan 14:1-2). Pero prometió que vendría de nuevo, por segunda vez, para establecer Su reino en la tierra. En este reino imperarán la rectitud y la justicia, y el pueblo de Dios tendrá lugares de honor (Miqueas 4; Isaías 11; Mateo 19:28-29). Los problemas de esta vida no son el final. Jesús dijo a Sus seguidores: "Confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). Saber que pronto viviremos y reinaremos para siempre con nuestro Señor es motivo de gran gozo.
El popular canto navideño "Al Mundo Paz" de Isaac Watts festeja el motivo de alegría de la venida del Señor. Sin embargo, la letra nunca pretendió ser una canción navideña. Era un poema de Watts basado en el Salmo 98, que es un salmo de la segunda venida del Señor quien "viene a juzgar la tierra" (versículo 9). El propósito de Jesús en Su primera venida no era juzgar sino salvar (Juan 3:17); aun así, resulta apropiado celebrar al Rey por Su humildad. Jesús trajo gozo al mundo en Su primera venida en forma de bebé, y traerá gozo al mundo cuando venga de nuevo a reinar como Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:16).
La espera del Mesías prometido por Dios, expresada en pasajes como Isaías 59:20, ha finalizado. Los ángeles anunciaron Su llegada con júbilo. No puede haber mayor honor para los hijos de Adán que el hecho de que su Creador haya venido a redimirlos del dominio de Satanás (1 Juan 5:19-20). Así que, aunque nuestra vida terrenal esté llena de problemas, tenemos motivos para la esperanza. Ya que Jesús vino la primera vez y está a punto de venir la segunda, podemos cantar con convicción: "¡Gozo para el mundo, el Señor ha venido! Que la tierra reciba a su rey".
