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Pregunta: ¿Qué significa ser probado por el fuego (1 Pedro 1:7)?

Respuesta:
En 1 Pedro 1:3–12, el apóstol Pedro da un sermón edificante acerca de nuestra salvación en Jesucristo. Pedro quiere que su audiencia comprenda la importancia de la fe. Dice que la fe "se prueba con fuego" (versículo 7) para demostrar su autenticidad.

En el mismo contexto, Pedro dice que, por medio de la fe, Dios nos protege con Su poder hasta que recibamos la plenitud de la salvación y nuestra herencia eterna (1 Pedro 1:5). Esta "herencia que no tiene precio" es segura y "está reservada en el cielo para ustedes" (versículo 4, NTV). Podemos regocijarnos, sabiendo que nos espera la alegría, explicó Pedro. Pero mientras tanto, tendremos "que soportar muchas pruebas por un tiempo breve" (versículo 6, NTV).

La fe del creyente "se prueba con fuego" a través de las pruebas con un propósito específico: "Aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo" (1 Pedro 1:7, NTV). Pedro afirma que las pruebas sirven para autenticar nuestra fe, profundizándola y fortaleciendo nuestro compromiso con Jesús.

La prueba con fuego es parte del proceso del metalúrgico para determinar la calidad del metal y eliminar todas las impurezas. Un orfebre o platero debe calentar repetidamente los metales crudos hasta temperaturas extremadamente altas hasta que se derritan. En este estado líquido, los contaminantes suben a la superficie y se eliminan. Solo después de este proceso de refinación, de separar los elementos preciosos de la escoria, se puede formar un objeto puro, valioso y útil.

La Biblia contiene muchas referencias a Dios como el refinador que prueba los corazones de Su pueblo en el fuego de la adversidad. Cuando Pedro escribió su mensaje, puede que tuviera en mente el sufrimiento de Job. En medio de su horrenda prueba, Job se refirió a Dios por fe: "Sin embargo, él sabe a dónde yo voy; y cuando me ponga a prueba, saldré tan puro como el oro" (Job 23:10, NTV).

A través del profeta Isaías, Dios habló al remanente de Israel: "Te he refinado, pero no como se refina la plata; más bien te he refinado en el horno del sufrimiento" (Isaías 48:10, NTV). A un grupo de sobrevivientes judíos del fin de los tiempos, el Señor volvió a declarar Su propósito: "A este último grupo lo pasaré por el fuego y los haré puros. Los refinaré como se refina la plata y los purificaré como se purifica el oro. Invocarán mi nombre y yo les responderé. Les diré: "Este es mi pueblo", y ellos dirán: "El Señor es nuestro Dios"" (Zacarías 13:9, NTV).

La Biblia dice a los creyentes que vivan con la expectativa de ser probados por fuego. Si estamos preparados para experimentar problemas en la vida, no nos sacudiremos tanto cuando lleguen. Salomón dijo con toda naturalidad: "El fuego prueba la pureza del oro y de la plata, pero el Señor prueba el corazón" (Proverbios 17:3, NTV). El salmista afirmó: "Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata" (Salmos 66:10).

Si te encuentras preguntándote: "¿Por qué Dios? ¿Por qué permites este sufrimiento?" Recuerda esto: ser probado por fuego te hará más fuerte y más puro en la fe mientras permaneces firme en la adversidad. Podemos tener esperanza y valor en medio de la adversidad si entendemos que, a través de todo, Dios está obrando Sus propósitos para nuestro bien (Romanos 8:28). Santiago afirmó que el cristiano que persevera en la prueba es bienaventurado "porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman" (Santiago 1:12). La fe que permanece fiel a través de cada prueba de fuego es más valiosa que el oro más fino y puro.

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