Pregunta: ¿Cuál es la importancia de la declaración en Romanos 1:22 que dice "Profesando ser sabios, se hicieron necios"?
Respuesta:
Al principio de su carta a los Romanos, Pablo explica la necesidad universal de justicia (Romanos 1—3). En esta sección, Pablo habla de la "impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad" (Romanos 1:18) y luego hace una declaración significativa sobre tales personas en Romanos 1:22: "Profesando ser sabios, se hicieron necios".
Anteriormente, Pablo había explicado que valora la oportunidad de predicar el evangelio (las buenas nuevas sobre Jesús el Cristo, o Mesías), porque esas buenas nuevas son el poder de Dios para liberar a las personas de su pecado y restaurarlas a una relación correcta con Dios (Romanos 1:16). Mientras que esas buenas noticias incluyen detalles específicos que no se conocían anteriormente, la idea básica de que Dios salva a las personas por gracia a través de la fe no era nueva; eso ya se había revelado en las Escrituras mucho antes: la justicia siempre ha sido por la fe (Romanos 1:17).
El problema es que las personas son injustas, están separadas de Dios y necesitan Su justicia. En Su santidad, Dios ha revelado Su enojo hacia aquellos que han reprimido Su verdad en su injusticia (Romanos 1:18). Dios ha hecho evidente la verdad sobre Sí mismo a todos (Romanos 1:19). A través de Su creación ha mostrado a todos Sus atributos invisibles, Su poder eterno y SU naturaleza divina hasta el punto de que todos están sin excusa (Romanos 1:20). Todos somos responsables de la evidencia de que Dios existe y de lo que se revela de Él en el mundo natural. Lamentablemente, en su injusticia, las personas se han negado a honrarlo como Dios y a estar agradecidos por todo lo que ha hecho. Al rechazarlo, las personas se han vuelto a explicaciones alternativas que son especulativas (Romanos 1:21): cualquier cosa para alejar al Diseñador y no tener que rendirle cuentas a Él. Esa ceguera voluntaria oscurece aún más el corazón, y "profesando ser sabios, se hicieron necios".
Aunque la humanidad aumente sus conocimientos y se enorgullezca de su "sabiduría", sigue siendo necia respecto a las cosas que realmente importan. No hay mayor necedad que negar la existencia de Dios (Salmos 14:1), y no hay mayor sabiduría que temer a Dios (Salmos 111:10). "¿Dónde está el sabio?... ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación" (1 Corintios 1:20–21).
Cuando rechazamos al Diseñador, tenemos que intentar explicar Su diseño, que es tan evidente en toda Su creación. En nuestra supuesta sabiduría, porque nos negamos a someternos al Diseñador, creamos explicaciones tontas para descartar el orden natural y el diseño. Este es el significado de la declaración en Romanos 1:22 que dice "Profesando ser sabios, se hicieron necios". Pablo desafía a sus lectores a no cometer ese error, sino a reconocer a Dios.
Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23), y la pena por ese pecado es la muerte (Romanos 6:23). Pero Dios ha revelado cómo podemos ser justos y tener una relación con Él (Romanos 3:21–22): podemos recibir Su gracia a través de la fe en Jesucristo (Romanos 3:24 y 3:28). En lugar de "profesar ser sabios" y convertirse por ello en "necios", Pablo quiere que sus lectores sean realmente sabios y pongan su confianza en Jesucristo.
