Pregunta: ¿Qué es un incel? ¿Puede un cristiano ser un incel?
Respuesta:
El término incel es la abreviatura de celibato involuntario. Incel es una identificación propia utilizada por un grupo que particularmente resiente su incapacidad para tener una relación, específicamente una relación sexual. El concepto originalmente abarcaba una amplia gama de antecedentes y se aplicaba a diferentes tipos de personas que se sentían especialmente solas, rechazadas por la sociedad, o despreciadas por sus parejas sexuales. Con el tiempo, la etiqueta autoimpuesta se ha vuelto más limitada. Ahora se aplica principalmente a aquellos con una actitud especialmente amarga y cínica hacia la sexualidad, las mujeres y la sociedad occidental en general.
Los incels, en su mayoría jóvenes, heterosexuales, hombres blancos que se sienten traicionados o decepcionados por la falta de experiencia sexual o romántica, son el producto de tres aspectos tóxicos de la cultura moderna:
1) La mentalidad de víctima. El rechazo que sienten los incels es el resultado de la sugerencia constante de que no conseguir lo que quieres se debe principalmente a que alguna persona, grupo o cultura te está oprimiendo o persiguiendo.
2) La idolatría del sexo. La amargura alimentada por los incels puede rastrearse hasta la creencia de que todos y cada uno de los deseos o inclinaciones sexuales deben ser aceptados, celebrados y cumplidos.
3) La cámara de eco. El aislamiento experimentado por los incels es debido a su capacidad, enormemente potenciada por Internet, de rodearse de personas con pensamientos similares, mientras ignoran completamente otras perspectivas más saludables. Este contacto en las redes sociales, irónicamente, lleva aún a más aislamiento y soledad.
Las visiones extremistas, como las de los incels, a menudo se alimentan de preocupaciones legítimas. La falta de relaciones amorosas y saludables inspira soledad y depresión. Aquellos que estarían satisfechos con la "modesta" experiencia sexual se resienten cuando los gustos sexuales extremos son celebrados y promovidos. La sensación de que sus experiencias están siendo ignoradas, o incluso ridiculizadas, lleva a las personas a reunirse con personas de ideas similares para validar la percepción de ser víctimas. En ausencia de una visión del mundo bíblica, esos factores pueden fusionarse en extremismo, vomitando odio a cualquiera que se perciba como un opresor.
Algunos que se encuentran bajo estas presiones se llaman a sí mismos incels, cuyo fracaso en establecer relaciones significativas o satisfactorias los lleva a un matorral de misoginia, misantropía y amargura. Interpretan su falta de cumplimiento romántico o sexual como prueba de prejuicio o persecución contra ellos.
El extremismo entre los incels varía. En los últimos años, varios tiradores masivos de alto perfil en los Estados Unidos han estado vinculados a la comunidad incel. Los objetivos de su odio incluyen a las mujeres, a los hombres no incels, y a otros que son vistos como contribuyentes al "problema".
Obviamente, la mentalidad incel contradice mucho de lo que dice la Biblia acerca del valor humano, la sexualidad y la comunidad. Así como una cultura que genera soledad y expresión sexual anti-biblical. Ambos necesitan ser contrarrestados con la verdad. Los incels deben saber que Dios pretende que el sexo sea especial y sagrado y que su valor no está determinado por con quién se acuestan. El aislamiento y la sensación de ser privado son factores negativos que el evangelio y la comunión cristiana pueden aliviar.
Al mismo tiempo, es importante darse cuenta de que las actitudes extremas no se desarrollan en el vacío. Actualmente, la cultura occidental envía todo tipo de mensajes falsos: el sexo no es gran cosa, todos deberían celebrar su sexualidad, todo sexo es buen sexo, las personas que no tienen relaciones sexuales son perdedores, mostrar abiertamente la sexualidad es un derecho a ser defendido a toda costa, y así sucesivamente.
Los incels han sido engañados hasta el punto de pensar que se les está negando maliciosamente algo que se supone es barato, común y de crucial importancia. Una respuesta bíblica enfrentará dos cosas: las actitudes incorrectas de la cultura sobre el sexo y las relaciones, y las respuestas negativas que las personas pueden tener a su propia experiencia. Adoptar una visión bíblica de la sexualidad y el autovalor es la respuesta a la mentalidad incel.