Respuesta:
Tanto en la época moderna como en la antigua, un médium es una persona que se comunica con los espíritus, normalmente sin recurrir a la brujería. Un médium es, literalmente, un "intermediario" entre el mundo de los espíritus y el nuestro. La Biblia condena esta práctica, y el intentar hablar con los muertos, a través de sesiones de espiritismo u otros medios, está expresamente prohibido.
A veces a los médiums se les llama "canalizadores", ya que supuestamente "canalizan" la comunicación de los muertos a los vivos. Un médium puede comunicarse sólo con uno o más espíritus específicos (llamados "familiares" o "espíritus familiares"), o la comunicación puede extenderse a muchos espíritus diferentes. Los mensajes pueden llegar de forma audible, visual o a través de sensaciones físicas. Los médiums modernos se distinguen de los psíquicos, ya que éstos sólo leen las "energías" de una persona o lugar y no se comunican con espíritus reales. (El término "médium psíquico" puede generar confusión). Además, un médium no es necesariamente un brujo, hechicero o nigromante, ya que los médiums creen que su comunicación con el mundo de los espíritus es una habilidad inherente.
Los médiums se mencionan en varios pasajes del Antiguo Testamento. En Levítico 20:27 los médiums son condenados junto con los "espiritistas". Deuteronomio 18:10-11 repite lo dicho en Levítico y lo amplía, incluyendo a los adivinos, hechiceros, brujos, cualquiera que lanza hechizos y cualquiera que practica el sacrificio de niños.
El uso pecaminoso de un médium por parte del rey Saúl se registra en 1 Samuel 28. El profeta Samuel había muerto, y el rey Saúl estaba frustrado porque Dios había dejado de decirle lo que tenía que hacer a través de profetas o sueños. Así que el rey, violando directamente la Ley de Dios y su propia orden hecha con anterioridad, dijo a sus hombres que buscaran un médium que pudiera comunicarse con Samuel (1 Samuel 28:3). Este médium conjuró a Samuel, y Saúl se comunicó con el profeta muerto. Los teólogos discuten si este conjuro fue una reaparición física de Samuel o simplemente una imagen de él. También se cuestiona si la médium pretendía realmente conjurar a Samuel, ya que parece ser la más sorprendida por su aparición: "Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz" (versículo 12). Tal vez era un fraude que no esperaba ver realmente un espíritu, o tal vez esperaba comunicarse con su "familiar" y no con Samuel directamente. En cualquier caso, Dios parece haber permitido el conjuro de Samuel para hacer comprender a Saúl Su punto de vista. El mensaje del profeta a Saúl fue funesto (versículos 17-19), y murió al día siguiente. Primera de Crónicas 10:13-14 revela que la interacción de Saúl con el médium fue una parte importante del motivo por el que fue destronado y por el que se truncó su dinastía.
En el Nuevo Testamento, la hechicería y otras prácticas asociadas se consideran actividades inapropiadas y pecaminosas para cualquier cristiano (Hechos 8:9ss y 19:19). Puesto que el propósito principal de estas actividades es comunicarse con los espíritus, es correcto incluir a los médiums en estas advertencias del Nuevo Testamento.
Hay que tener en cuenta que el espíritu que conjura un médium no es el espíritu de una persona fallecida (el caso de Samuel hablando con Saúl fue una rara excepción). La historia de Jesús sobre el hombre rico y Lázaro en Lucas 16:18-31 da una fuerte evidencia de que, una vez que una persona está muerta, su alma permanece en el cielo o en el infierno. Por lo tanto, los espíritus que se comunican con los médiums son espíritus mentirosos (ver 1 Reyes 22:23) que engañan a la gente haciéndoles creer que sus seres queridos perdidos se están comunicando con ellos. Cuando los padres afligidos buscan a un médium para que les ponga en contacto con su hijo muerto, no se dan cuenta de que el espíritu que les habla es en realidad un demonio que se hace pasar por su hijo. La Biblia prohíbe cualquier práctica de este tipo, incluida la de pedir consejo a los médiums.