Respuesta:
Un presagio es un signo con significado profético que presagia un evento excepcionalmente notable o desastroso. Los fenómenos naturales, los defectos de nacimiento extraños o los animales que actúan de formas inexplicables son comúnmente vistos como presagios. Los presagios pueden ser buenos o malos, es decir, pueden predecir un evento bueno y positivo o uno malo y dañino. Los supersticiosos podrían considerar encontrar un centavo de cara un buen presagio, pero ver a un gato negro cruzando su camino como un mal presagio.
Los presagios están estrechamente vinculados con la adivinación y la pronosticación, ya que el presagio debe ser "leído" o "adivinado" por alguien que sepa cómo hacerlo. A lo largo del mundo antiguo, los presagios (también referidos como signos y augurios) eran creídos, adivinados y obedecidos. Por ejemplo, en la antigua Asiria si el rey recibía un mal presagio, se escondía y los asirios colocaban un rey señuelo en el trono en previsión de que el evento maligno se abatiese sobre el rey falso en lugar del verdadero.
A veces, los signos aparecían en la Biblia en asociación con profecías de Dios. El profeta Isaías dijo que él y sus hijos eran por señales y presagios en Israel (Isaías 8:18). Los nombres de los hijos de Isaías tenían significado para el futuro de Israel (ver Isaías 8:1-4). Además, Dios hizo que Isaías caminase desnudo y descalzo como señal y pronóstico contra Egipto y Etiopía (Isaías 20:3). En este caso, Dios colocó la desnudez de Isaías a la vista de esas tierras condenadas como un signo de su destrucción. Otra profecía divina acompañada de un signo en el libro de Isaías es el movimiento retroactivo de la sombra en el reloj de sol (Isaías 38:7–8). Estos eventos, estos "presagios", fueron claras confirmaciones del plan de Dios.
Otro ejemplo de un signo o "presagio" ocurrió antes del éxodo. Dios envió a Moisés a faraón con una señal: cuando Moisés arrojó su cayado, Dios lo transformó en una serpiente. Este milagro fue diseñado específicamente para convencer a los que no creían (Éxodo 4:1–5). La presencia de una serpiente en la corte real también debería haber sido una señal para el faraón de las plagas por venir, pero no prestó atención al presagio. Otra persona que trágicamente no prestó atención a un presagio divino fue Poncio Pilato. Durante el juicio de Jesús, la esposa de Pilato le envió un mensaje urgente: "No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él." (Mateo 27:19).
Estos augurios ocurrieron en la Biblia, generalmente a través de los profetas de Dios, cuando servía al propósito de Dios. Sin embargo, la Biblia prohíbe expresamente la adivinación de cualquier tipo: "No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o que sea agorero, o hechicero, o encantador, o adivino, o espiritista, ni quien consulte a los muertos. Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al Señor" (Deuteronomio 18:10–12). No vivimos por la superstición, y no debemos buscar presagios buenos o malos. Nuestra comprensión del mundo espiritual no viene a través del ocultismo. Dios nos ha dado la señal definitiva de su bondad, amor y gracia en Jesucristo (1 Juan 4:9). La Biblia es nuestra fuente de discernimiento espiritual (2 Pedro 1:19–21).