Respuesta:
La palabra "cielo" en el Antiguo Testamento es la palabra hebrea shameh o shamayim, que se refiere al firmamento, el arco elevado sobre el mundo donde se mueven las nubes, y más allá el lugar donde existen los planetas y las estrellas. En el Nuevo Testamento, la palabra cielo es una traducción del griego ouranos, que significa "el firmamento" y "la morada de Dios" y, por lo tanto, "un reino eterno de felicidad y gloria". El firmamento, en su inmensidad, es una metáfora de la inmensidad y la altura de Dios. Es la mejor representación terrenal del lugar donde vive Dios.
¿Cuán grande es el cielo, cuán grande es el lugar donde vive Dios? Sabemos que Dios mismo es infinito. El cielo y la tierra no pueden contenerlo. En cuanto al tiempo, Sus años no tienen principio ni fin (Salmo 102:27); en cuanto a Su reino, Su reino no tendrá fin (Lucas 1:33); en cuanto a Su carácter, Él es inmutable (Hebreos 1:12; Santiago 1:17). Dios creó los cielos y la tierra (Génesis 1:1). De la creación de las estrellas por parte de Dios, Isaías dice: "Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio" (Isaías 40:26).
Los científicos ni siquiera han podido trazar el tamaño del universo físico conocido. Hay una foto llamada XDF (eXtreme Deep Field) que se reunió a partir de imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble en el transcurso de diez años. Muestra un gran número de galaxias, cada una de ellas compuesta por miles de millones de estrellas como nuestro sol. Nuestro sol está a 93 millones de millas de la tierra. Y las galaxias están muy, muy separadas: Andrómeda, la más cercana a la nuestra, está a 2,2 millones de años luz. Para hacernos una idea de la distancia, un transbordador que viaje a 18.000 millas por hora necesitaría 37.200 años para recorrer un año luz. El universo es absolutamente enorme, y Dios lo creó todo.
Entonces, ¿qué tan grande es el cielo? No lo sabemos con exactitud. La Biblia no da ninguna medida lineal. Cuando Juan tuvo su visión del cielo, escribió: "Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos" (Apocalipsis 7:9). Así que el cielo es al menos lo suficientemente grande para la innumerable multitud, y podemos suponer que no habrá aglomeración en el cielo.
